Las vacaciones son un tiempo ideal para que los niños miren cine, y el cine de animación es el más popular para la ocasión. Para que las opciones no se agoten, consultamos a los directores de animación uruguayos más importantes sobre cuáles son sus películas favoritas en el género.
Alfredo Soderguit- el director de la celebrada Anina y antes ilustrador de libros para niños recuerda: "Curiosamente, cuando tenía unos nueve o diez años abandoné un taller de artes plásticas porque coincidía con mi serie de televisión favorita que era Sankuokai". Ese amor por el animé desde joven que lo alejó en su momento del estudio se refleja en la lista que eligió Soderguit.
Ponyo de Hayao Miyazaki
"Es una versión libre de La sirenita llena de fantasía y profundidad humana, sin clichés. Una fábula infantil preciosa de excelente nivel técnico y estético", dijo Soderguit.
Las Trillizas de Beleville de Sylvain Chomet
"Animación no infantil, melancólica, emotiva y con tremendo despliegue de ingenio narrativo. Excelente calidad de dibujo".
Metrópolis (2001) de Shigeyuki Hayashi (Rintaro)
"Preciosa versión animada y con protagonistas niños de una historia contada de manera genial por Fritz Lang en Metrópolis (1927) y que comparte con otras películas, como por ejemplo Brazil (1985) de Terry Gilliam, el imaginario de George Orwell plasmado en la novela 1984".
Walter Tournier- creador de Los Tatitos y director de Selkirk, la primera película animada uruguya, Tournier es una figura presente en el ambiente desde los años setenta tempranos, cuando tomó la historia de Mauricio Gatti, uno de los primeros presos políticos que había escrito un libro ("En la selva hay mucho por hacer") para contarle a sus hijos lo que le había sucedido. Tournier la adaptó al cine animado. Con la dictadura, se exilió en Perú y trabajó mucho con apoyo estatal, y poco después de volver a Uruguay armó Los Tatitos y marcó a una generación de niños.
"Es una forma expresiva muy fuerte, en el sentido de que capta rápidamente al espectador", dice Tournier sobre el formato de la animación. "Te permite jugar mucho con la creatividad, la fantasía; cosas que no se pueden hacer en la realidad. Eso sumado a que me interesa trabajar para los niños". Él trabaja con el stop motion, el estilo en que se fabrican muñecos y se les sacan fotos para ir generando movimiento: "Atrae no solo a los niños, porque vos estás viendo algo que existe. No es como el 3D de computadora. Es un muñeco que realmente existe, pero no se mueve solo. Ahí hay unos mecanismos para mí que lo hacen atrayente", dice.
Su lista:
El Ilusionista de Sylvain Chomet
"Me conmovió la historia y la ternura con que está tratada. A su vez, el tratamiento estético conforma un clima que junto a la excelente animación, logran crear el ambiente necesario para la trama", expresó Tournier.
Pollitos en Fuga de Peter Lord y Nick Park
"Me gustó el desarrollo y el humor en la película, que junto a la muy buena animación en stop motion hacen mantener el interés sin decaer".
Anina de Alfredo Soderguit
"Para mí tiene varios valores, por un lado, la historia totalmente uruguaya muy bien caracterizada en los personajes escolares. Por otro lado, la estética de la película que es excelente y por último un buen guión. Un orgullo para el cine uruguayo".