En Cámara Testigo hablamos sobre el alcohol, la preocupación que genera en la sociedad y las nuevas regulaciones para frenar su desmedido consumo y sus consecuencias.
El alcoholismo es una de las enfermedades de más repercusión biológica, psicológica y social. No sólo afecta a la persona que la padece sino a su entorno, a su familia, en su trabajo y en toda su vida. Por momentos se pierde de vista el riesgo que conlleva no tener un control y consumo responsable de alcohol.
Isabel Massonnier es psiquiatra de Alcohólicos Anónimos, Kairo Herrera la entrevistó para Cámara Testigo:
El enfermo alcohólico crónico no puede abstenerse de tomar ni detenerse al empezar a tomar. No existen grados de alcoholismo, existen etapas que arrancando en un consumo social pueden llegar a terminar en una dependencia física al alcohol, eso caracteriza a la adicción.
Ruben Valder, por su parte, es psicólogo de Fundación Manantiales, y en entrevista con Kairo Herra explicó:
El problema del alcohólico y el del adicto es que no puede obtener una satisfacción porque quiere goces inmediatos. Entonces, si tengo algo que inmediatamente me va a producir un goce ¿para qué tomarme el trabajo de construirme un deseo? Entonces, el alcohol y las drogas le dan esa satisfacción inmediata.
Lisandro es un exalcohólico que en Cámara Testigo nos contó:
Arranqué a tomar a los 14 ó 15 años. Más que nada por amigos, en un comienzo uno no toma conciencia de lo que puede generar una adicción. Pasa a ser una carga a partir de la segunda copa. Me afectaba psicológicamente al día siguiente cuando, ya no tengo 20 años, entonces me despertaba a las dos o tres de la tarde y me generaba cierta angustia, decir: un día perdido en la vida.
Es algo autodestructivo. Llegué a perder la conciencia en más de una oportunidad, hice algún papelón, tuve lagunas mentales. En el auto tuve alcoholemias, me quitaron la licencia. Ahí fue cuando empecé a tomar conciencia de lo peligroso que era.