Análisis político de Alfonso Lessa: las dificultades del segundo gobierno de Tabaré Vázquez

La situación interna del Frente Amplio, la relación con la oposición, y las dificultades económicas locales e internacionales, son las principales dificultades de la segunda administración de Vázquez.

El escenario de la segunda presidencia de Tabaré Vázquez es más complejo que la primera administración del Frente Amplio y que la segunda, con José Mujica. ¿Por qué? Por varios factores: por motivos políticos internos del Frente Amplio, por las relaciones con la oposición y por motivos económicos locales e internacionales.

Vázquez ya no cuenta con la unanimidad que tenía cuando fue presidente por primera vez. El Frente Amplio, en aquel momento, fue muy cuidadoso ya que era el primer gobierno de izquierda, y a Tabaré le fue más fácil alinear a sus tropas y tener siempre las mayorías automáticas que le permitían gobernar con facilidad.

Entre 2005 y 2010, Tabaré Vázquez era –después de la muerte de Líber Seregni– el líder único e indiscutido del Frente Amplio. A pesar de que al principio estaba vinculado al Partido Socialista, tenía una conducción que nadie discutía. En el medio se fortaleció la figura de José Mujica y de su sector, el MPP, que ha construido un eje dentro del Frente Amplio con el sector de Raúl Sendic, la Lista 711, y el Partido Comunista, y que hoy es un contrapeso interno mucho más fuerte, que hace que el liderazgo de Vázquez no sea tan homogéneo como en el pasado. Ya no existe el sí fácil, hay una disputa interna, muchas veces sorda, otras no tanto, por el poder, que tiene que ver con la conformación de estos nuevos sectores.

El contexto económico es más complejo, tanto en lo interno como en lo externo. En lo interno, el Frente Amplio venía de la mayor crisis en décadas y tuvo siendo gobierno la enorme capacidad de conducir el país a una salida exitosa. Pero había un hecho importante, la economía en la etapa final de Jorge Batlle venía en recuperación. En este momento estamos en la situación inversa. Es la primera vez que el FA tiene una economía en caída.

Antes del ajuste fiscal del gobierno, una encuesta de Cifra señaló que solo uno de cada cinco uruguayos considera que la situación económica del país era buena.

Los números representan un cambio importante, porque durante muchos años una de las figuras más populares del FA ha sido su ministro de Economía, Danilo Astori. En general, la popularidad de los ministros de Economía de los gobiernos anteriores no era la mejor, por un desgaste natural.

Al contexto económico nacional, se agrega el contexto regional, con Brasil en una situación calamitosa, económicamente en dificultades y políticamente desastrosa, y Argentina tratando de salir de una situación muy complicada, Venezuela en una crisis extraordinaria. Todos estos países son muy importantes para los productos uruguayos porque son compradores.

En la economía doméstica, el gobierno ya no puede hablar de la herencia maldita de blancos y colorados, porque tenemos el tercer gobierno del Frente Amplio a nivel nacional, por lo que hay dificultad para trasladar responsabilidades.

En esta situación, el FA ofrece muchos más flancos a la oposición. Durante el primer gobierno de Vázquez, a la oposición le costó muchísimo encontrar temas con los que hacerse visible. Hoy hay varios, la seguridad pública, la economía, Ancap, Pluna, el déficit fiscal, los funcionarios  públicos. Esto es natural, el poder desgasta, siempre.

En este período de gobierno hay que tener mucho cuidado entre el aumento de los sueldos y el mantenimiento del empleo. Ese es un tema de fondo que está en el ajuste fiscal.

Frente a este panorama más complicado, cabría preguntarse sobre el papel de la oposición, aunque sobre eso se profundizará en otra columna.


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