En Código País entrevistamos al periodista de la agencia AFP Mehdi Lebouachera y al asesor en temas de migraciones para la ONU Leo Harari, para entender mejor los atentados ocurridos en Francia.
¿Dónde estaban cuando se enteran?
Mehdi Lebouachera: Yo estaba en la oficina trabajando, cuando empezamos a ver la noticia en el servicio, llegó un ataque, después dos, después una explosión en el estadio nacional y bueno, fue un golpe. ¿Qué está pasando? nos preguntamos. Después cuando vino la noticia que había 100 rehénes en el Bataclan fue el golpe duro de la noche. Hablé a mis amigos para ver si estaban bien, mi familia vive en el sur pero tengo muchos amigos y colegas en Francia.
Leo Harari: Yo tengo mi familia en Francia, llamé a mi hijo y me dijo: estoy en el edificio al lado del Bataclan, no puedo salir, escucho tiros, escucho explosiones. Solo pudo salir al día siguiente. Lo vivió muy de cerca.
¿Cuáles son las similitudes entre los atentados en las Torres Gemelas y en París?
Mehdi Lebouachera: Estamos en otra época. ISIS es mucho más radical mucho más fuerte. Lo que vemos es que ISIS quiere sangre y más sangre y más sangre. Al Qaeda tiene una ideología diferente, de hecho el jefe de Al Qaeda repudió a ISIS, rompió con ISIS.
En estos casos hubo secuestro, tiroteos, hombres bomba, se atacaron sitios emblemáticos ¿está cambiando la estrategia?
Mehdi Lebouachera: En este sentido habían amenazado de atacar los lugares populares de Francia, o de Europa más bien, y yo creo que con esto el objetivo fue exitoso en el sentido de decir: vamos a atacar a la gente que sale a atacar la vida.
Leo Harari: Creo que estamos frente a una operación con libreto. No necesariamente de alta tecnología, es relativamente fácil hacer la barbaridad que hicieron. Incluso no fueron demasiado eficaces, porque en el estadio no lograron la estampida que querían lograr. Este objetivo está escrito por uno de los dirigentes de Al Qaeda que en 2004 escribe un texto que se llama "La administración de la crueldad" en el que plantea una estrategia de golpear lugares que no sean fundamentalmente militares, sino objetivos livianos. Porque son los que producen más miedo, son más fáciles de hacer.
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