Presidentes de Cámara de Comercio, Unión de Exportadores y ARU hablaron de situación económica

El tipo de cambio, la inflación, la posibilidad de un ajuste salarial, el acuerdo de precios y la necesidad de inserción internacional fueron los temas.

La palabra del ministro de Economía y Finanzas Danilo Astori el domingo pasado sobre el estado de la economía uruguaya destacó que es la única que está creciendo de la región y que según él lo seguirá haciendo, si bien a menor ritmo. “Por un período, por lo menos un ciclo de dos años, vamos a seguir creciendo menos”, afirmó.

Código País recibió al presidente de la Cámara Nacional de Comercio Carlos Perera, el presidente de la Unión de Exportadores Álvaro Queijo y el presidente de la Asociación Rural Ricardo Reilly.

El ministro de Economía afirma que Uruguay no está en crisis sino que sigue creciendo. ¿Qué opinan de este concepto?

Perera: Uruguay evidentemente no está en recesión, pero hay que ver en las condiciones en que venimos. Brasil se ha agravado, no se esperaba que se agravara tanto. Lo ha hecho en forma estrepitosa, y sigue en ese tema: va a caer un 3, 3,5%. Eso va a complicar a Uruguay en la misma manera en que no nos podemos olvidar de Argentina. Argentina va a tener un nuevo gobierno, que va a estar obligado a hacer ajustes y eso va a pegar en Uruguay. Con nuestra condición de chiquitos nos lleva a recostarnos de un lado y otro y nuestros dos vecinos están con problemas. En un Mercosur que evidentemente no ha existido, y la prueba la tenemos en que tratamos de que uruguayos no vayan a comprar a Brasil y Argentina. Los niveles, las cifras que se hablan de contrabando son muy grandes. Eso está pegando sobre el comercio y sobre un presupuesto que no fue pensado con estas bases. Es lo que nos preocupa.

Queijo: Me preocupa que lo tengamos que reiterar tantas veces, pero nosotros lo que estamos diciendo hace tiempo es el tema del deterioro de la competitividad. En este año, si se quiere por las razones de Brasil y de algún otro país se ha agravado, pero viene desde el 2011, 2012: Uruguay se ha convertido en un país caro y eso nos limita en nuestras posibilidades de crecimiento. Es cierto que no es una situación crítica, pero tenemos que trabajar para revertir esta situación. Hay que trabajar mucho en la competitividad y no solo en el tipo de cambio. Hay otros factores que integran la competitividad y son tan importantes como ese: la productividad, el ser más eficientes el gobierno y las empresas; se está trabajando en algunos factores, pero falta mucho por hacer.

Reilly: Creo que no hay crisis, hay que hablar de un momento desafiante y de un momento que genera incertidumbre, debido a distintas razones, a nivel local y a nivel internacional. Hay problemas que para mí están asociados a tres grandes aspectos que están relacionados con la competitividad, más allá de la productividad, porque si hay un sector privado, puedo hablar del agropecuario, que ha demostrado que en un contexto ha logrado niveles de productividad históricos en estos últimos tiempos. Pero si bien el tipo de cambio no es la única variable, en un país exportador es determinante, y Uruguay se ha movido de acuerdo con las canastas de monedas de distintos países con los que compite y negocia, sigue desalineado.

Y hay dos puntos más que para mí también son determinantes, que hacen al costo país, relacionado directamente con los valores de las tarifas públicas -concretamente vinculados con lo que hace y lo que afecta de manera directa al aparato productivo nacional, como es el caso de los combustibles y de la energía eléctrica-, directamente ligados a la eficiencia en la gestión y capacidad de gestión del Estado. Porque son ineficiencias que se trasladan desde el sector público al privado. Y para mí hay otro punto clave, que es la inserción internacional. Las noticias que estamos viendo demuestran que Uruguay sigue en una suerte de autoexclusión de lo que está sucediendo en el mundo, en lo que sin dudas tenemos que dejar trabajar a una Cancillería que parece tener una impronta distinta y que tiene ese ímpetu por lograr una mejor inserción y hacer de la política exterior y no una política de Estado. Tenemos que dejarlos trabajar y que no suceda lo que sucedió cuando decidimos autoexcluirnos de las negociaciones del TISA.

¿Qué tan complicada es para sus sectores la situación?

Perera: Tuvimos un congreso el sábado pasado en Paysandú de todas las gremiales del interior asociadas con la Cámara Nacional de Comercio, evaluando la situación. Los departamentos de frontera están con problemas grandes. Fíjense que los precios del lado brasileño están por debajo de la mitad de lo que vale aquí. Me acaban de comunicar del INE que en el comercio hemos perdido 23.000 puestos de trabajo en el año. Traje también algunas cifras para ver cómo han caído algunos sectores, prácticamente todos han caído: artículos de bazar -5%, confiterías -7%, electrodomésticos -17%, supermercados y cooperativas en ferretería -20%, tinturerías -12%, autos y camiones -13%, camiones y motos 38%, ciclomotores %60.

Son números realmente complicados que hacen a la actividad comercial. La parte de hotelería, etc. No nos olvidemos de que también somos servicios. Uruguay ha sido preparado para ser un gran país de servicios. No puede crecer hacia adentro por sus dimensiones, tiene que crecer hacia afuera. No se puede dar el gusto de no estar sentado en la mesa de negociaciones del TISA. No podemos porque ni siquiera sabemos de qué se trata. Después le podremos decir que no. Utilizaré una frase: si no estamos sentados en la mesa vamos a ser el menú de los que están sentados allí.

Queijo: Cuando hablamos de competitividad, la preocupación es esa. Por un lado es, todos sabemos que en los primeros meses del año llevamos una caída del 15%, muy significativa. Nos ha costado mucho llegar al nivel actual de exportación y perder eso es muy grande. Cuando hablamos de inserción internacional tenemos que darnos cuenta de que quedarnos quietos como Estado es retroceder, y estamos retrocediendo varios casilleros, porque otros hacen acuerdos. Ustedes recién comentaban el Acuerdo Transpacífico, que están la primera y la tercera economía del mundo, con jugadores como Nueva Zelanda y Australia, competidores naturales nuestros. Todos esos productos van a ingresar al mercado americano, al mercado japonés, en mejores condiciones que los nuestros, que pagan aranceles. No hemos avanzado y hemos retrocedido. China, otro de los principales mercados nuestros, hizo un acuerdo comercial con Australia y Nueva Zelanda. La verdad que tenemos que en el tema que cambiar. Somos conscientes de que esta Cancillería entró con un ánimo un poco diferente, pero en los hechos por distintas razones no hemos podido avanzar en esa materia.

En materia de costos, todos sabemos que los precios tarifados, un poco por esa ineficiencia que tienen nuestras empresas, resulta que tenemos uno de los combustibles más caros y la empresa da pérdidas muy significativas. Pagamos mucho impuesto cuando cargamos el combustible en nuestro vehículo, pero todavía tenemos que pagar para cubrir los déficits de la empresa.

Permítame que interrumpa, y antes de escuchar al presidente de la ARU: Uruguay ha recibido un espaldarazo muy importante del FMI.

Queijo: El manejo macroeconómico ha sido correcto, el país ha avanzado. La Aduana ha avanzado, la DGI ha avanzado. Nosotros lo que muchas veces decimos es que la política monetaria no es la única para combatir la inflación. Tiene que haber una política fiscal y de salarios en consonancia. La política monetaria ha sido restrictiva, por eso el dólar no se ha valorizado tanto como en otros países.

¿A cuánto debería estar el dólar?

Queijo: No sé, pero en cualquier gráfica que vean se que estamos entre un 20 y un 30% por debajo del valor de tipo de cambio real promedio que en los últimos 30 años debería tener el país.

La ARU ha hablado de $32 el dólar.

Reilly: Sí. Ha habido movimientos muy fuertes debido a la volatilidad de Brasil en estas últimas semanas. Pero si miramos las principales canastas de monedas con las que Uruguay compite y negocia, voy a dar un número para darnos una idea: en los últimos 36 meses, los últimos tres años, si miramos la devaluación de Uruguay, estamos hablando de un 44%, que visto de manera aislada podría parecer un número significativo, pero Brasil llegó a un 100% y también Argentina, un 98%. Rusia un 110%. Genera un desbalance porque Uruguay empieza a quedar caro. Lo que decía Álvaro recién hablando de inserción internacional: creo que Uruguay se juega un partido importante. Las cosas que no se hicieron cuando había bonanza, cuando la soja valía más de US$500, todo eso se va a notar en estos momentos. Y estos acuerdos no se hacen de un día para el otro. Llevan muchos años de negociación; yo no sé cuánto lleva, pero creo que más de cinco años.

La prueba es el Mercosur y la UE, que lleva décadas.

Reilly: Qué pasa, esos acuerdos llevan un proceso de unos diez años para bajar esa barrera arancelaria, que no es otra cosa que un incremento de los costos para ingresar con nuestros productos a los mercados con los que Uruguay negocia, que según datos de la Cancillería esos datos ascienden a US$60 millones. Y solo en carne según la industria frigorífica supera los US$200 millones. Es dinero que queda en arcas de otros países que no queda en la producción y trabajo de los uruguayos. Agrego una cosa más: el Acuerdo Transpacífico, en que están la primera y la tercera economías del mundo, están Chile, Perú, Australia, Nueva Zelanda, competidores directos de Uruguay. Y Australia tiene un tratado de libre comercio con China, el centro de la demanda mundial de alimentos. Todas esas cosas cuando los precios son altos pueden pasar desapercibidas, pero cuando la situación se complica se empiezan a transformar en un costo adicional para ingresar los productos en el mundo. He escuchado analistas que hablan de qué viabilidad puede tener ese tratado, el del Mercosur con la UE. Uruguay está preso de un Mercosur que no funciona. Que se agota en discusiones internas y no va para ningún lado.

¿Qué hay que hacer con el Mercosur?

Reilly: No hay que irse, pero sí buscar la posibilidad de negociar con inteligencia con otros bloques. No creo mucho en que Brasil y Argentina se pongan de acuerdo. Uruguay no tiene mucho margen más para seguir esperando, porque en el Mercosur no tiene… Miremos el caso con Brasil: solo por la diferencia cambiaria mire los problemas que tiene Uruguay. Hasta como destino turístico podemos hablar.

Todo eso es lo que piensa el equipo económico.

Queijo: Ha habido claros problemas internos en negociar determinados tratados. Tenemos el problema del Mercosur y tenemos algún problema interno que nos impide relacionarnos más fluidamente con el mundo. En el tema del TISA no fue el Mercosur el que nos impidió estar escuchando en la mesa y tratar de adaptar el tratado a la conveniencia del país. Fue un tema interno.

Perera: Se debe a que la interna del FA no le llevó la propuesta al presidente ni tampoco los sindicatos. Ahí estuvo la tranca y es netamente interna. La pregunta que nos tenemos que hacer es: el mundo hoy día se trata de negociar en tratados. ¿Cuál es el que va a pedir el sector privado? Nos costó mucha plata el TISA y se quedó en nada. ¿Qué podemos llevar adelante? Uruguay indefectiblemente tiene que hacer algún tratado porque vamos a quedar aislados.

Si le quitamos al crecimiento de Uruguay lo que es la incidencia de Montes del Plata, estamos casi en 0. O por lo menos nos vamos a arrimar a estar planchados. En el tema de la inversión privada, con este presupuesto que tenemos va a caer. Este presupuesto con las bases que tiene y lo que sucede en Brasil y Argentina y con cosas que han pasado internamente nos va a traer un aumento de impuestos.  Y otra cosa esencial en este país: el fusible son los puestos de trabajo. Y este tema complicado nos puede llevar a eso.

Astori ha insistido en que la inversión continuará creciendo. ¿No está de acuerdo con eso?

Perera: Astori está diciendo la verdad. Yo estoy quitando Montes del Plata y refiriéndome al resto de la industria. Para nosotsos se plancha. Y la prueba está en los 15.000 puestos de trabajo menos en la industria, 8.000 en la construcción. Vamos a desembocar si esto sigue así en mayores impuestos. En ARU tienen una experiencia al respecto.

Reilly: Quiero agregar una cosa. No tengo ninguna duda de que el dólar debería estar entre $33 y $34 para estar en consonancia con la canasta de monedas. Me quedé con la parte de inserción internacional, que es que aquellos países que tienen acuerdos auspiciosos para lo  que es ingreso de mercadería atraen inversores. Porque si soy un inversor, o el propio inversor local, sin lugar a dudas que un acuerdo que me beneficia va a trabajar sobre mi estructura de costos.

Respecto al presupuesto, en lo que tiene que ver con el sector agropecuario lamentablemente vimos que está incluido un artículo con incremento de la carga fiscal. Entendemos que es extremadamente grave. Porque pretender seguir aumentando los impuestos, seguir aumentando los costos, además estamos hablando de costos ciegos a un medio de producción como es la tierra, sigue desincentivando la inversión productiva en distintas zonas del país y sobre todo aquellas más alejadas. Ahí sí corremos el riesgo de ir hacia un enlentecimiento mucho más grande… y una etapa mucho más crítica. Que todos queremos evitar.

Queijo: En el tema impuestos, creo que el país tiene una alta carga impositiva. Un IVA de 22% es el más alto del barrio; tenemos el IRPF, tenemos el combustible, pagamos bastantes impuestos cuando cargamos combustible. Ahí sí sería ir a una recesión segura. Todos sabemos que si hay impuestos va a haber… Cuando uno está en un nivel muy alto de presión impositiva eso genera caída de la actividad. Yo espero que no. También es cierto que el tema del déficit es importante. Estamos en 3.5% del déficit, el gobierno planea terminar en 2,5%. El gobierno tiene que trabajar en la eficiencia inmediata del gasto. Todos los uruguayos hemos hecho un enorme esfuerzo incrementando la recaudación para generar un presupuesto realmente importante. Se ha generado mucho más dinero para la educación, mucho más dinero para la seguridad, mucho más dinero para la salud. Sin embargo no hemos visto una variación significativa en esos rubros. Hay que trabajar mucho en la eficiencia del gasto, porque si no vamos a invertir en educación y vamos a tener los mismos problemas o mayores y eso el país no se lo merece. Y tenemos que empezar a mirar la eficiencia en las empresas públicas pero también en donde realmente el país invierte mucho, tan necesario como la educación. Soy un convencido de que tenemos que invertir más en educación.

Usted quiere resultados a la vista. ¿Qué soluciones se les ocurren?

Perera: Tenemos que ser muy medidos en el tema del presupuesto. Ya están tratando de desarticular algunas cosas. Creo que ha sido prudente, pero las bases en las que fue hecho ya cambiaron. Hay que cuidar el tema del contrabando, creemos que tiene que haber algún ajuste en el costo de la energía. Siempre que se aprieta en estos casos, siempre es el sector privado. La prueba está en la crisis del 2002: toda la desocupación la soportó el sector privado. Creo que es tiempo de que se tenga cuidado con los gastos del Estado. Para que la gente lo entienda: nos salvamos de la crisis del 2002 con un préstamo de US$1.500 millones. Hoy tenemos US$2.300, US$2.100 millones anuales de déficit. Entonces creo que eso hay que cuidarlo. Sin embargo, tenemos un presupuesto donde se aumentan los cargos. El Estado tiene que empezar a medir estas cosas.

Cuando nosotros le preguntamos eso a Astori dice que los números no son los mismos que en el 2002.

Perera: El PBI de esa época tampoco es como el de hoy. Si nosotros al PBI le aplicamos el tipo de cambio que sería razonable, va a ver que es mucho menor y la deuda pública con respecto al PBI con el dólar ajustado nos vamos a pasar de un porcentaje muy alto.

Lo concreto es cuando la gente va a la feria. ¿Están de acuerdo con que se contenga la inflación?

Perera: No estoy de acuerdo con topear los precios. Pero hay cámaras asociadas a la de Cámara Nacional de Comercio que sí.

No está de acuerdo con hacer un acuerdo de precios por un año como planteó el PIT-CNT.

Perera: Para nada.

Queijo: No es una política de largo plazo. Puede ser sí algo bueno puntualmente, pero la inflación una manera de combatirla es no tener déficit fiscal. No incentivar la demanda, tener acuerdos de salarios, que los ingresos estén mucho más acotados a la productividad. Si por un lado tenemos que librar una política monetaria restrictiva y por el otro una fiscal y de ingresos expansiva, el resultado es este. Pérdida de competitividad.

¿Los salarios son una variable de ajuste?

Queijo: En el largo plazo tenemos que pensar que ese ajuste se va a dar. No hay milagros en esto. Podemos ajustar por cantidad o por precio. Si por precio no ajustamos, vamos a tener desocupación. Personalmente para la sociedad en su conjunto es más sano un ajuste más mesurado. Digo mantener los niveles salariales en términos salariales  y no tener tanto desempleo.

El desempleo está planchado en un 6 o 7% histórico.

Queijo: Creciendo, si bien en niveles históricamente bajos. Si no tenemos cuidado en el precio de los salarios, el ajuste va a ser por cantidad. Personalmente prefiero que no se haga por cantidad, sino tener una política más cuidadosa, que crezcan en la medida en que la productividad crece. Pero no arbitrariamente, porque vuelvo a decir: el tipo de cambio no es la única variable para la inflación. Si no todos hubiéramos tenido más éxito.

Reilly: Agregando, hay una cosa que es real. Estos ajustes se dan de hecho. Es como en el TISA: se va a seguir negociando, la diferencia es que nos lo van a imponer. Y en el caso de la moneda, Uruguay no va a incidir. Según nuestros estudios, estamos por debajo de un 30% de lo que es el tipo de cambio de los últimos 38 años. Hay dos picos hacia abajo que fueron problemáticos, en el 82 y en el 99. Estamos en una situación similar. No estoy diciendo que vaya a haber una híper devaluación, pero los ajustes de la realidad se terminan dando y más vale estar prevenidos.

En estos años de crecimiento económico, ¿cómo les fue a los sectores?

Perera: Hubo un cambio a partir de la crisis del año 2002. Uruguay cambió para no volver atrás. Ha tenido años muy, muy buenos. Y creo que no se tomaron los recaudos de un buen plan de familia: cuando entra bastante, ahorrar para cuando no hay.

Queijo: No queda duda de que fueron años muy buenos. Sin lugar a dudas se sienten las diferencias: aquellos que invirtieron más, que innovaron más, les fue muy, muy bien. Otros que no tuvieron el mismo proceso no les fue mal, hoy esos están en problemas. Y hay otros que hicieron mal las cosas. El privado lo que tiene es que le puede ir… incide. El que le va mal, cierra. Hemos visto empresas lácteas cerradas, empresas del sector plástico, no hay Estado que los salve. El pueblo uruguayo hace un enorme esfuerzo para pagar el presupuesto. Tenemos que lograr que ese gasto sea eficiente.

Reilly: Por el sector agropecuario, creo que estos últimos años han sido una demostración de liderazgo. Donde hay emprendedores en donde dada la situación favorable el sector ha demostrado  el potencial que tiene, liderando lo que fue el crecimiento económico con formidables incrementos en la productividad y con las transformaciones productivas.

Perera: Una cosa. Así como anduvieron bien estos sectores, fíjense lo que pasó en los niveles más bajos de desocupación y una recuperación de salario real muy importante en estos últimos años. Cuando anda bien el engranaje, anda bien todo.


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