"La falta de seguridad en las cárceles imposibilita el tratamiento penitenciario y eso incide en la reincidencia"

El excomisionado parlamentario señaló que “el problema de la desnutrición sí es nuevo, lo de la mala alimentación no”.

En los últimos días ha habido varias noticias sobre las cárceles y, como suele pasar, no han sido positivas. Por un lado nos enteramos de dos nuevos asesinatos, con lo cual la cifra de presos muertos llega a 19 en lo que va de 2017. Y, por otro lado,  el Ministerio del Interior aseguró que los reclusos del módulo 8 de la cárcel de Santiago Vázquez que fueron fotografiados con claros síntomas de desnutrición en sus cuerpos, estaban contrayendo “el diafragma" para exagerar su condición. La acusación de las autoridades generó mucha polémica la semana pasada.

Hablamos sobre estos temas con Álvaro Garcé, excomisionado parlamentario para el sistema carcelario.

La venta de marihuana

Creo que hay que distinguir entre la idea de combatir al narcotráfico y los medios que se escogieron para llevar esa tarea. Involucrar al Estado y al sector privado en la venta y producción de marihuana es un experimento: habrá que ver cómo sale.

Lo de la marihuana ha sido una política de partido y no de Estado.

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Esto no es nuevo. El tema de la malnutrición es un tema que se viene arrastrando hace mucho tiempo.

El problema de la desnutrición sí es nuevo, lo de la mala alimentación no. Hay un fenómeno que se viene agravando. La seguridad es la primera condición para que haya un tratamiento penitenciario.

Creo que se mantiene una crisis muy grave en todo el sistema penal juvenil. Hay una carrera de progresión en el delito: hay quienes hasta presentan como un avance, un logro.

El problema es el de fondo, no el ángulo desde el que se tomó la foto o que no aparece a fecha.

Si la Justicia hizo lugar al recurso de amparo es porque las pruebas estaban. Lo peor que puede pasar es que el problema se niegue o se relativice.

Hay una falta de seguridad adentro de las cárceles que imposibilita el tratamiento carcelario y eso incide en la reincidencia.

Muertes en cárceles

El peor de los años hasta ahora había sido 2010, con el incendio de Rocha, donde en una noche fallecieron diez personas. Hoy, sin un incendio, estamos prácticamente en el mismo nivel de violencia.

A corto plazo, se tiene que aplicar el monitoreo electrónico y la ubicación de cámaras adentro de los recintos donde se producen los incidentes. Hay que mejorar la vigilancia, respaldar a los funcionarios.

La seguridad del sistema penitenciario fue sistemáticamente descuidada en los últimos años. Las cámaras tiene una eficacia mayor cuanto más cerrado es el recinto.

Lo que tenemos que mirar es la política que se lleva adelante para ver si es correcta o no. Creo que se ha intentado desarrollar determinadas actividades como el trabajo o el estudio, pero se descuidó en las cárceles el tema de la seguridad. Hoy en las cárceles no se puede asegurar la integridad de la vida ni para los reclusos, ni para los guardias.

Criticar a alguien que fue elegido por la Asamblea General y que está haciendo uso de una facultad legal, forma parte de una mala percepción del problema y de un mal abordaje. Relativizar la crisis carcelaria es la manera más segura de que esa crisis se reproduzca.

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Son los mismos problemas que describíamos hace una década. Los médicos del sistema carcelario tienen que controlar la dieta. El Ministerio del Interior se ha olvidado de la aplicación de la ley.

Si alguien puede acceder a una azotea o a tirarse a un patio interno es porque hay una falla, una falta de control. Hay cosas que son descuidadas o negadas.

Antes de fin de año seguramente se va a inaugurar la cárcel de Punta de Rieles. La decisión de construir ese monstruo de 2.000 plazas es una de las decisiones más equivocadas de los últimos tiempos. Las cárceles no pueden tener más de 400 plazas. Vamos a tener otro sistema igualmente ineficiente.


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