Julio Ribas: "vivo cada día y cada partido como si fuera el último; la vida es una final"

El entrenador de fútbol recordó el momento en que estuvo preso junto a jugadores de Peñarol y Nacional, habló de sus comienzos como técnico y de su filosofía de vida.

El entrenador de fútbol habló de los incidentes en un clásico en el año 2000 cuando él y otros siete futbolistas estuvieron once días en prisión. "Fue una experiencia dura, perder la libertad, por un día igual, es horrible", señaló.

Se definió como un apasionado por todo lo que hace y contó que cuando sos entrenador "siempre estás en riesgo". Cree en los proyectos deportivos ya que ahí es donde se visualiza "verdaderamente el trabajo" de un entrenador. Dijo, sin embargo, que nunca vio "a un entrenador que lo echaran por jugar mal. Si perdés sí, pero por jugar mal no echan a nadie, por no ganar o perder sí".

De su experiencia en equipos grandes manifestó que no alcanza con ganar, "hay que dejar todo". "Muchas veces en la vida de un grupo se tiene que ganar para llegar a jugar bien y a veces se tiene que jugar bien para ganar. Si vos ganás jugando mal, los otros son un desastre", expresó.

"Mi forma de liderar no se basa en decirle al jugador que tiene jugar, se basa en decirle que tiene que triunfar. Para triunfar tenés que ser el mejor", dijo y contó que vive cada día y cada partido como si fuera el último, porque la vida es una final".

 

Por último, contó una anécdota que lo define y es de su época como entrenador universitario. Los futbolistas del plantel tenían un casamiento y al otro día jugaban un partido muy importante, por lo que les permitió ir únicamente a la ceremonia religiosa. "Al otro día entré con nueve jugadores, iba ganando 2-0 y recién en el segundo tiempo puse otros dos jugadores más", recordó.


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