Según el columnista, es un tema que debería resolverse en consulta popular y no por la Junta Departamental.
La Iglesia uruguaya pretende colocar una estatua de la Virgen María en Montevideo, pero el tema generó polémica en un país caracterizado por la laicidad. El cardenal Daniel Sturla consideró en el programa En Perpsectiva que esta laicidad ha evolucionado desde un "arrinconar a la Iglesia Católica" a algo más respetuoso y que por eso esperaba que este debate se diera de manera distinta. ¿Se viola entonces el principio de la laicidad? "Depende de lo que entendamos por laicidad", como explica Jaime Clara en su columna de Desayunos Informales.
En el artículo 5º de la Constitución se establece que el Estado no se rige por ninguna religión, es aconfesional, aunque esto no significa que sea anti-religioso. "La laicidad es tomar distancia de cualquier tipo de religión a la hora de tomar decisiones", comentó Clara, "cuando se habla de escuela laica no se dice 'no se da religión'; se dice que no se puede tomar posición".
El columnista recordó que existe una estatua de Iemanjá y una de Confucio, y también que la aprobación para colocar la estatua del coreano sobre la rambla del Buceo se dio de forma unánime. Si bien esta última no es de índole religiosa, según Clara sí tiene que ver con lo que es el espacio público. Por otro lado recordó que la Junta Departamental se negó a colocar la estatua del Papa Juan Pablo II en Tres Cruces, y que en esa ocasión el presidente Julio María Sanguinetti -que no es católico y de hecho se opone a colocar la estatua de la Virgen- envió un proyecto al Parlamento en que sacó el monumento de la órbita religiosa al referirse al Sumo Pontífice como jefe de Estado del Vaticano.
"Una vez que se quebró el tema de la ecuanimidad o asepsia vinculadas con los símbolos religiosos, a llorar al cuartito", dijo Clara sobre la posibilidad de que otros cultos -de los 63 existentes en Uruguay- pretendan que se coloquen monumentos relativos a sus creencias.
Finalmente, Clara opinó que este tema debería resolverle la gente, que es la más directamente involucrada con los espacios públicos.
