Para esclarecer este tema invitamos al psicólogo Gustavo Álvarez, director de la Asociación Latinoamericana de Psicología Jurídica y Forense.
En Día Perfecto abordamos el tema junto al psicólogo Gustavo Álvarez, quien explicó:
La teoría que tiene más fuerza es la de un brote psicótico. Podemos definirlo como la erupción de un volcán, es algo abrupto, agudo y que en cierta manera desconecta al individuo de la realidad compartida. Empieza a generarse una realidad propia y esto tiene consecuencias. Puede tener causas orgánicas como el inicio de una enfermedad mental, o la situación de estar sometido a una gran tensión que no puede metabolizar, como un estrés crónico por bullying.
Cuando hay una repetición de brotes psicóticos se puede investigar una personalidad de base vulnerable o frágil que expuesta ante determinadas situaciones, desencadena un brote psicótico. En general tendemos a explicar esto desde una patología porque nos cuesta mucho pensar que un niño pueda tener un trastorno de personalidad. Pero la otra explicación viable es un trastorno de personalidad, algo premeditado, una cierta maldad nata en el niño.
Antes de la erupción volcánica hay signos, en este caso hay síntomas que anteceden al brote psicótico. Hay cambios conductuales, aislamiento del niño, comienzan a darse conductas raras y si uno está atento se pueden detectar. Estadísticamente el 4% de los brotes psicóticos terminan en conductas violentas.
