El exilio de José Pedro Varela en Buenos Aires

Tras un enfrentamiento con el presidente Lorenzo Batlle por sus publicaciones en contra del gobierno, Varela debió abandonar el país.

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En 1869, al volver de su viaje por Europa y Estados Unidos, Varela retoma su carrera como periodista y funda el diario La Paz. Sacaba un diario de mañana y otro de tarde, ambos confeccionados por él. "Acusamos al General Battle y a Don José Candido Bustamante de violadores de la Constitución, de conculcadores de las leyes y de malversadores de los fondos públicos", reza una frase en el diario. "En ese recibir y otorgar pequeños agravios políticos, Varela recibe del gobierno un enjuiciamiento y prisión y luego un destierro", explicó el historiador Agapo Palomeque.

Un enfrentamiento con el presidente Lorenzo Battle lo lleva a exiliarse en Buenos Aires en 1970. En aquel momento era una ciudad pequeña que tenía entre 100 y 120 mil habitantes y se extendía aproximadamente tres kilómetros alrededor de Plaza de Mayo. Durante su exilio Varela se alojó en un hotel del actual barrio de Once, un lugar sin espacios para el lujo.

Benito Neto, que fue un periodista defensor del gobierno, batió a duelo a Varela. José Pedro era contrario al duelo, pero "no tuvo más remedio que hacerlo y esa oportunidad se dio cuando él ya estaba en el destierro", según explicó Palomeque. Su bisnieto Jacobo Varela explicó que Julio Herrera, que era amigo de Varela, fue quien le enseñó a usar el florete. Su consejo fue "arremeté" y así lo hizo Varelas. Neto se retractó sobre la cobardía de Varela y el duelo se dio por finalizado.

Argentina significaba mucho para Varela, pues era el país de uno de sus mentores: Domingo Faustino Sarmiento, a quien conoció en su viaje a Estados Unidos.

Según explicó el director de gobierno de la educación de la Universidad Católica del Uruguay, Pablo Da Silveira, para Varela la población indígena y la población gaucha eran obstáculos en el proceso de construcción de una república civilizada. "Su idea era que había que superar ese obstáculo, lo cual para él significaba que había que hacer una acción educativa y cultural que destruya esas culturas que son nocivas", expresó Da Silveira.

 

 


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