Homenaje a Horacio Ferrer, el gran poeta del tango

El poeta uruguayo falleció a los 81 años en Buenos Aires, ciudad en la que vivía desde hace 50 años.

El poeta Horacio Ferrer murió este domingo a sus 81 años. El uruguayo nacionalizado en Argentina vivía hace casi medio siglo en Buenos Aires,
donde se convirtió en un emblema del tango rioplatense.

Ferrer será recordado por letras que quedaron impregnadas en el inconsciente colectivo de este rincón del planeta. Compuso las canciones
más populares de Ástor Piazzola, entre las que se encuentra un verdadero himno del género como es Balada para un loco. En sus últimos años se desempeñó como presidente de la academia nacional de tango en Argentina, la mayor referencia mundial del género que él mismo
fundó en 1990. El último verano presentó el espectáculo de su autoría Dandy, el príncipe de las murgas en el Sodre.

Ferrer, el porteño más representativo, era uruguayo y había iniciado su relación con el tango en su país natal. Dejó sus estudios de arquitectura para emprender en la música recitando milongas acompañado de una guitarra, y también en el universo de las letras como redactor del diario El Día.

“El tango perdió a su poeta más revolucionario y rioplatense”, tituló el diario El País hoy. Según informó La Nación, el fallecimiento fue por un
problema cardíaco. Fue  velado en la legislatura porteña como uno de los suyos.

En uno de sus temas más recordado había escrito: “Moriré en Buenos Aires, será de madrugada, guardaré mansamente las cosas de vivir, mi pequeña poesía de adioses y de balas, mi tabaco, mi tango, mi puñado de esplín. Me pondré por los hombros, de abrigo, toda el alba, mi penúltimo whisky quedará sin beber, llegará, tangamente, mi muerte enamorada, yo estaré muerto, en punto, cuando sean las seis”.


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