Informe especial: el ataque a los famosos a través de las redes sociales

Hoy en día es moneda corriente que varios famosos sean criticados duramente a través de las redes sociales. Pero las críticas muchas veces se vuelven ataques de cyberbullying.

No es novedad que las redes sociales son un arma de doble filo. Sirven para que todos estemos comunicados, para la inmediatez de la información y para difundir contenido. ¡Qué bueno! Pero por otro lado, hay siniestras personas que se sirven de este instrumento para hostigar a las figuras públicas.

Esta semana, jugaron al Bowling nada menos que con Piñón Fijo. Alguien hizo correr el rumor en Twitter que el payaso había muerto. El hashtag o etiqueta “Piñón Fijo RIP” se convirtió en la más comentada ese día en la red social. Y aunque muchos ya creían que Piñón estaba “de puños cerrados, brazo extendido y lengua afuera”, él estaba vivito y coleando.

En la red social, don Piñón tuvo que aclarar… “que no estaba tan fijo como creían”. Escribió: “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí resucitando...”. Y agregó: "De una broma de mal gusto, todo se transformo en muestras de cariño. Soñemos juntos con q las redes sociales, algún día, se usen masivamente para acciones creativos
colectivas. ¡Ya llegará!”.

Y mientras soñamos con el payaso cordobés, venimos a tierras charrúas donde las redes se convierten cada vez más en un territorio anárquico en el que cualquier usuario puede decir lo que quiera sobre cualquier persona. Alcanza con soltar el nombre de un famoso en una red social para que aparezcan decenas de mensajes defenestrándolos.

Ni que hablar cuando uno protagoniza algún acontecimiento que lo deja expuesto. Por ejemplo, Toto Da Silveira recibió una inagotable batería de insultos, burlas y amenazas después de referirse al Jhona Rodríguez como un “muchacho que bebe”.

Ni que hablar de Julio César Gard, que fue agredido por un usuario, lo que sacó lo peor de él. El periodista respondió de una manera desafortunada refiriéndose a su religión, y por esto terminó perdiendo el trabajo.

Victoria Rodríguez también fue víctima de los inescrupulosos internautas. La castigaron duramente por un comentario que hizo al aire, alguien hizo un perfil falso de ella, y la comunicadora se hartó y resolvió cerrar su
cuenta para nunca más volver.

¿Qué nos está pasando? ¿Hay que poner límites a esto o nada mejor que la más absoluta libertad?, ¿estas actitudes responden a frustraciones o son un reflejo de un conjunto de medios cada vez más violento?


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