La última carrera

Se trata de un caso que ocurrió en el barrio Flor de Maroñas y que involucra a dos jóvenes que decidieron arriesgar sus vidas en una última carrera.

Hay que reconocer que la vida de los policías no es nada fácil. Ellos viven día a día situaciones terribles, de violencia extrema. Las peores miserias o tragedias que la mente humana pueda llegar a concebir. Todo esto es parte de su vida cotidiana. Pero lo peor del caso es que ellos deben soportar todo ese miedo, ese dolor, y apenas soportar lo vivido en un frío y preciso parte policial y luego seguir adelante como si nada hubiera ocurrido.

Es así como muchos policías quedan marcados para siempre. Como le ocurrió al agente Carlos Bonilla. De todas las situaciones impactantes que le tocó vivir, hubo una que se le metió en la memoria más profunda. Se trata de un caso que ocurrió en el barrio Flor de Maroñas y que involucra a dos jóvenes que decidieron arriesgar sus vidas en una última carrera.

Cuando el agente Carlos Bonilla fue trasladado a la comisaría nº16, lo mandaban a hacer las tareas que nadie quería hacer. Una noche, uno de los primeros, lo mandaron a hacer la ronda en el radio cuatro. "Aquello es una boca de lobos tremenda de madrugada", contó Ganduglia. Bonilla se lo tomó con calma y hasta estaba bastante sorprendido de lo tranquilo que estaba Camino Corrales a esa hora de la noche. Fue como a las cuatro de la madrugada que lo llamaron para que reconociera un accidente por Puntas de Soto, cerca de Veracierto. "Me comunicaron por radio de que había habido un accidente de tránsito fatal", expresó el propio Bonilla.

Carlos Bonilla tuvo que correr casi veinte cuadras para llegar al lugar, sin saber que ese preciso instante cambiaría su vida para siempre. Pueden ver el desenlace de la historia en el video.


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