Una comedia de Hollywood sobre un complot para asesinar al líder norcoreano, Kim Jong-un desató un escándalo internacional con varias amenazas y un ataque cibernético pocas veces visto.
La película prevista a estrenarse esta próxima navidad no será exhibida aunque todos saben ya de qué se trata.
Una película, dos comediantes, una empresa multinacional, y un temible dictador son los ingredientes de una noticia sin precedentes en la historia del cine. Los detalles del relato se parecen más a una nueva incursión de Sacha Baron Cohen que a los de la vida real, pero lo cierto es que una broma cinematográfica disparó un duro ataque a Sony Pictures Entertainment y al parecer es solo un principio.
Los comediantes James Franco y Seth Rogen, bromistas corrosivos de Hollywood si los hay, realizaron una película en la que parodiaban al dictador norcoreano Kim Jong-un (The Interview).
Se trata de un individuo denunciado por la ONU por exterminio, asesinato, esclavitud, tortura, encarcelamientos prolongados, violencia sexual, abortos forzosos, privación de alimentos y persecución de todo tipo. Esta comedia cuenta en la ficción, la historia de dos periodistas que descubrieron que Kim Jong-un era uno de sus grandes admiradores. Sorprendidos, deciden ir para un encuentro para entrevistarlo, al tiempo que la CIA aprovecha la ocasión para infiltrarse en la producción y asesinar a su entrevistado.
El chiste no le cayó nada bien al dictador, y lo expresó con vehemencia públicamente meses atrás. Dijo que este era el acto más descarado de terrorismo y guerra. Pero no hizo amenazas.
Sin embargo, pocos meses después, llegó el ataque. El 24 de noviembre, los hackers, autodenominados “Guardianes de la Paz”, se filtraron en los servidores de Sony, e hicieron un destrozo. Hubo desvíos económicos de cuentas, robo de datos personales, fiscales y financieros. Divulgación de misivas internas, publicación de al menos cinco películas que aun no habían sido estrenadas, y guiones inéditos. El ataque cibernético fue calificado como un grave asunto de seguridad nacional por la Casa Blanca.
Hasta ahora la exigencia más firme es que el film no se estrene y lo lograron. Sin embargo la amenaza promete mucho más que lo hasta ahora conocido.
