Análisis económico: ¿cómo se llega a la crisis en el sector lácteo?

Las manifestaciones de este martes fueron el pico máximo de un problema que se arrastra al menos desde mediados del 2015.

Las cifras son indiscutibles, este ha sido un año difícil para los exportadores y los productores lácteos. Las ventas al exterior cayeron 23% en 2015, y los costos han aumentado afectando negativamente la rentabilidad. No son pocos los factores que han conspirado para que la cadena láctea uruguaya se encuentre en crisis. A nivel mundial se produjo una caída de la demanda de estos productos, con Rusia y China -grandes compradores- comprando mucho menos que antes e incluso este ultimo país con stock acumulado de leche en polvo. A eso se sumó la caída de precios internacionales que produjo la baja de la demanda, así como las dificultades en los mercados de destino -por las crisis políticas que atraviesan Brasil y Venezuela-, la sequía que comenzó en el verano de 2015 y se prolongó hasta mitad de año, y el aumento de costos, la última expresión de lo cual fue el aumento de tarifas públicas del 10 de enero. Los precios de exportación cayeron en números muy altos: la leche en polvo descremada un 39%, la leche en polvo entera un 37%, los quesos un 15% y la manteca un 34%. En el corre del año hubo dos plantas extranjeras que se retiraron del mercado (Ecolat y Schreiber Foods). Esta caída de precios deja las cotizaciones en niveles similares a los de año 2007, antes de que comenzara la fuerte suba del precio de los commodities. Y las perspectivas para el año 2016 no son muy auspiciosas ni en recomposición de la demanda ni en mejora de los precios. Esta baja en los precios de exportación también se reflejó en una caída de los precios pagados por la industria a los productores. Y aquí comienzan los problemas porque se generan caídas en la rentabilidad. Según el anuario 2015 de Opypa, la pérdida de poder adquisitivo de los tambos fue generalizada para todos los insumos. Los costos abultados del productor tienen que ver con el gasoil, los fertilizantes, la ración, la mano de obra y la electricidad. La sequía –que se extendió desde el verano hasta mediados de 2015- afectó a las pasturas y obligó a los tamberos a utilizar antes de lo usual las reservas forrajeras. Esto implica un sobre costo de alimentación del ganado. Todo esto derivó en una situación de rentabilidad altamente comprometida, y de hecho en el año el endeudamiento del sector lechero con los bancos aumentó 35%. En definitiva, para 2016 el sector se encuentra en una situación de vulnerabilidad, con mercados de destino poco dinámicos y precios que no van a recuperarse demasiado.


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