La periodista económica de Telemundo presentó un informe al respecto de gastos e ingresos del Estado, y los intentos por reducir la brecha entre ambos.
El equipo económico del g obierno está trabajando en medidas para mejorar los ingresos del Estado y acortar los gastos, pero los resultados preocupan porque no logra achicarse el déficit fiscal. Laura Raffo presentó un informe al respecto en Telemundo.
Efectivamente los últimos datos disponibles, que son de marzo de este año, muestran que el déficit fiscal uruguayo continua siendo elevado y esto tiene sus razones tanto por el lado de los ingresos como por el de los gastos.
Repasemos primero el dinero que le entra al Estado: la recaudación de impuestos dejó de crecer porque la economía marcha más lento y tanto las empresas como las personas contribuyen en menor medida a las arcas a través de sus ganancias o de sus compras. Los aportes al BPS en momentos de deterioro del mercado laboral tampoco crecen, y lo único que ha mejorado es el resultado de las empresas públicas, que al asumir este gobierno daban pérdidas y ahora lograron ajustar sus números después de subir las tarifas de luz, agua, teléfono y al no bajarse las naftas pese a la caída del precio del petróleo.
Todos estos ingresos del Estado representan un 29% de lo que Uruguay produce en un año.
¿En qué se utilizó ese dinero? ¿Se gastó en su totalidad? ¿Alcanzó para pagar las cuentas? Alcanzó de manera exacta para cubrir los gastos pero sin tomar en cuenta los intereses de deuda. El Estado tuvo que pagarle los sueldos a los funcionarios públicos, que son unas 290.000 personas. También hubo que pagar jubilaciones, que casi duplican el pago de sueldos; transferencias para el sistema de salud (Fonasa) y todos los planes sociales. Y además están los gastos operativos porque cada organismo público usa luz, agua, teléfono papel, etc.
Hasta aquí, el gasto realizado por el Estado fue un poco superior al previsto en el presupuesto y por eso la variable de ajuste fue la que siempre pierde:
las inversiones. El gobierno decidió postergar varios proyectos de inversión pública para usar ese dinero en ajustar las cuentas. Lo malo de este método es que a la alarga implica peores, carreteras, puentes o infraestructura.
Hasta acá ingresó lo mismo que se pagó, pero falta contar los intereses de deuda.
Así se llega a un déficit de unos US$2.000 millones de dólares, que equivale al 3,6% del PBI. La buena noticia es que este componente de intereses esta previsto que se reduzca para fin de año; sin embargo, sin dudas serán necesarias mayores medidas para que los números fiscales estén saneados.
