Laura Raffo explica en detalle qué perspectivas de crecimiento maneja el organismo financiero mundial para este 2017 en su columna económica.
Como en todos los meses de abril el FMI publicó su informe anual sobre las perspectivas económicas mundiales.
¿El panorama es más alentador que el año pasado?
En abril del año pasado el informe del FMI se titulaba: “Demasiado lento por demasiado tiempo”, haciendo referencia a que la economía mundial no lograba repuntar. En cambio, este año el informe se titula “¿Ganando Impulso?” y aunque lo hace con signo de interrogación, hay un panorama mucho más optimista.
De hecho se destaca un repunte de los mercados financieros, de la industria y del comercio internacional.
Además, los precios de las materias primas dejaron atrás los mínimos registrados a comienzos de 2016, lo cual es muy buena noticia para nuestra región.
¿Qué ritmo de crecimiento se prevé en las distintas zonas del mundo?
La actividad económica mundial está repuntando y se prevé que el crecimiento aumente de 3,1 % en 2016 a 3,5 % en 2017 y 3,6 % en 2018.
Estados Unidos:
La economía recuperó su dinamismo en el segundo semestre de 2016 gracias a la fuerte creación de empleo, el firme crecimiento del ingreso disponible y la solidez del gasto de los hogares. El plan del gasto y las obras públicas de Donald Trump ayudarán a sostener el crecimiento.
Eurozona:
La recuperación de la zona del euro avanzará en 2017-18 a un ritmo más o menos parecido al de 2016. Este ligero repunte estaría respaldado por una orientación fiscal levemente expansiva y un euro más débil. Por otro lado, hay incertidumbre política por las elecciones venideras en varios países, dudas en torno a la relación entre la Unión Europea y el Reino Unido, y, en algunos países, los problemas aún no resueltos del sobreendeudamiento público y privado, con un elevado nivel de morosidad.
Reino Unido:
Desde el voto de junio a favor del Brexit, el desempeño económico superó las expectativas. Sin embargo, las perspectivas de crecimiento a mediano plazo también disminuyeron porque se espera un aumento de las barreras a la inmigración y al comercio internacional porque el sector de los servicios financieros podría contraerse.
China:
Logrará un exitoso equilibrio de su economía hacia tasas de crecimiento tendencialmente menores, pero aun así elevadas.
América Latina es la región que menos crece. ¿Qué pasa en los países más cercanos y en Uruguay?
Para América Latina y el Caribe se prevé una recuperación más débil de lo esperado. Dentro de la región, las perspectivas de crecimiento varían sustancialmente según el país.
Si bien la actividad de la mayor parte de los exportadores de materias primas estaría respaldada por la recuperación de los precios de las materias primas, los fundamentos internos continuarían desempeñando un papel determinante en las perspectivas de algunos países grandes.
Tras contraerse el año pasado, la actividad tiene visos de expandirse también en Argentina, en 2,2 % en 2017 gracias al aumento del consumo y la inversión pública, y en 2,3 % en 2018 a medida que vayan recuperándose la inversión privada y las exportaciones.
En Brasil, el ritmo de contracción ha disminuido, pero la inversión y el producto todavía no tocaron fondo a finales de 2016, mientras que en algunos estados la crisis fiscal sigue profundizándose. La inflación sigue sorprendiendo por su bajo nivel, lo cual aviva las perspectivas de aceleración de la expansión monetaria.
Se prevé que el crecimiento se recupere gradualmente y se mantenga moderado. Con este telón de fondo, las perspectivas macroeconómicas de Brasil están supeditadas a la implementación de ambiciosas reformas estructurales de carácter económico y fiscal.
Para Uruguay, el FMI pronostica un crecimiento mayor al que esperaba en 2016.
Pero todo esto no se hace sin riesgos. Un riesgo destacable es un giro hacia el proteccionismo que puede causar una guerra comercial.
