Grecia dijo "No" al rescate de Europa por un 61% de los votos

El primer ministro Alexis Tsipras había llamado a la votación para decidir si aceptar o no las condiciones impuestas para saldar la deuda con el FMI.

Grecia está haciendo temblar a la Unión Europea. En crisis desde la década pasada, el gobierno de izquierda radical de la cuna de la democracia decidió este fin de semana poner a disposición del pueblo si aceptar o no las condiciones impuestas por sus acreedores y el Eurogrupo (cumbre de ministros de Economía y Finanzas de la UE) para poder pagar una deuda multimillonaria al Fondo Monetario Internacional. El primer ministro Alexis Tsipras calificó de "chantaje" la oferta y decidió que si el pueblo lo apoyaba en su rechazo tendría chances de negociar un mejor trato.

A pesar de que las autoridades europeas avisaron de que un triunfo del "No" podía expulsar a Grecia del euro, con dos tercios de los votos escrutados, la victoria de Tsipras parece abultada: las estimaciones oficiales le dan al "No" un 61% de los votos. Las autoridades del continente no se han expedido todavía al respecto; sí se sabe que la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés François Hollande -que ha sufrido duros reveses a su popularidad por aplicar las pautas de austeridad indicadas por la Unión- han hablado por teléfono y llamarán a una reunión de emergencia el martes próximo. El único indicio de lo que podría suceder lo dio la parlamentaria alemana Julia Klöckner, perteneciente al partido de la dura canciller Merkel, la mujer más poderosa del continente, que dijo que un solo país -Grecia- no podía hacer cambiar las reglas del juego a toda Europa.

Luego de no haber podido pagar sus deudas el martes pasado y haberse convertido en la primera economía desarrollada en entrar en default, el próximo 20 de julio se aproxima una nueva instancia de pago para Grecia, y es ese el momento que el negociador Euclid Tsakalotos identifica como el punto final para alcanzar un trato con Europa. Sin embargo, ya este lunes los bancos griegos podrían quedarse sin dinero si no reciben una colaboración inmediata del Banco Central Europeo.

Tsipras asumió hace cinco meses a caballo de un partido de extrema izquierda -Syriza- con la promesa de conseguir un nuevo trato para Grecia, que sufría bajo las condiciones durísimas de austeridad impuestas por la doctrina de Merkel para sacar al país balcánico de la deuda. Su enfrentamiento con los acreedores europeos, que se niegan a reducir la deuda griega, ha revelado problemas más profundos en el corazón de Europa. Como indica El País de Madrid: si Grecia es expulsada del euro y retorna a su moneda original, el dracma, eso supone que la moneda continental no es "irrevocable" y haría tambalear las bases mismas de la Unión.

"Hoy la democracia vence al miedo y al chantaje", dijo Tsipras. "A partir de mañana se abre un camino, para todo el pueblo griego, de regreso a los principios fundamentales de la democracia y de la solidaridad en Europa, a una Europa de dignidad".


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