Luego de la determinación judicial que dejó en libertad al policía que asesinó a un adolescente negro, el país quedó sacudido.
En Estados Unidos, el despliegue policial efectuado en la localidad de Ferguson impidió otra noche de disturbios, luego de la sentencia del jurado que dejó en libertad al oficial de policía Darren Wilson. Wilson, de raza blanca, había asesinado de doce disparos al adolescente negro Michael Brown en agosto, y la noche del lunes había sido sacudida por saqueos e incendios en el pueblo. A pesar del trabajo de la policía y de palabras tranquilizadoras del presidente Barack Obama, las marchas de protesta se extendieron por todo el país.
Wilson, mientras tanto, dio por primera vez una entrevista, en la que confesó que se siente tranquilo porque actuó en defensa de su propia vida, un testimonio que contradice los dichos de varios testigos del caso. El jurado había hallado contradicciones entre estos testigos, y por eso decidió dejarlo en libertad.
