El reclamo tiene que ver con el impuesto a la ganancia e incluso adhirieron gremios cercanos al gobierno.
En Argentina se dio una serie de cruces de todo tipo entre el gobierno de Cristina Fernández y los sindicatos, luego de que se desatara un paro general de transporte que paralizó el país y por ejemplo canceló todos los vuelos entre la vecina orilla y Uruguay. Es el cuarto paro nacional contra el gobierno de Fernández, impulsado por 22 gremios que rechazan el peso creciente que el impuesto a las ganancias tiene sobre los sueldos de sus afiliados y exigen una respuesta.
Los sindicatos demandan modificar el impuesto aplicado a los salarios argentinos superiores a $15.000, unos 1.700 dólares. El gobierno se opone al reclamo porque sostiene que el impuesto solo afecta al 10% de los trabajadores con mejores sueldos. A diferencia de otros paros anteriores, con más tono opositor, esta vez se adhirió también la CGT, cercana a Fernández. Organizaciones de izquierda también se unieron y realizaron piquetes y cortes en accesos a Buenos Aires y otras ciudades importantes del país.
La presidenta Fernández respondió con una acusación: sostuvo que el reclamo viene de trabajadores oligarcas que olvidan de dónde vienen:
Es mu difícil cuando uno no ha conocido la pobreza, la carencia, que te nazca la solidaridad. Por eso digo que no tenemos que enojarnos con los que no piensan como nosotros, a mí me duele mucho más cuando los que vienen del palo y lograron pelechar un poco, y tienen trabajo y lograron un trabajo más remunerado, se olvidan de los que están afuera del trabajo o todavía no ganan lo suficiente. Y entonces hacen un paro porque tal vez tengan que dar un poquito de su sueldo para otros compañeros, para otros jubilados, para hacer agua potable, para hacer redes cloacales. Como decía Evita: le tengo más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de dónde vinieron que al de los oligarcas.
