Mientras tanto, Rusia continuó bombardeando posiciones yihadistas en Siria y afirmó que su intención es respaldar al gobierno de Bashar Al Assad, algo opuesto al planteo de la UE y EEUU.
Rusia continuó bombardeando Siria para sostener a su presidente y aliado de Vladimir Putin, Bashar Al Assad, lo que sigue tensando las relaciones diplomáticas con la Unión Europea y Estados Unidos, quienes apoyan a los rebeldes opositores.
Mientras su gobierno apunta supuestamente tan solo a focos estratégicos de la organización terrorista Estado Islámico, Putin afirmó en una entrevista que su objetivo es estabilizar a Al Assad, según él la autoridad legítima, en el poder. Un discurso totalmente opuesto al de las potencias occidentales. Sí negó que tenga planes para una intervención por tierra.
Por otro lado, el gobierno de Irak anunció que se consiguió la muerte del líder de Estado Islámico, tras un bombardeo contra un convoy que supuestamente trasladaba a Abu Bakr al-Baghdadi, a quien ya se había dado como gravemente herido en marzo sin que la información pudiera verificarse.
