Temer dio marcha atrás y volvió a crear el Ministerio de Cultura

Además, su partido consiguió un primer éxito en el Parlamento al aprobarse la nueva meta fiscal para fin de año: Rousseff había pronosticado un superávit, y el gobierno interino mantuvo el déficit del año pasado.

El presidente interino Michel Temer decidió devolver el rango ministerial al área de Cultura, con lo que revierte una de sus primeras medidas y una de las más polémicas: había desatado una ola de protestas y manifestaciones de artistas como Caetano Veloso o el actor Wagner Moura (que interpreta a Pablo Escobar en la serie Narcos).

La decisión se formalizó con el nombramiento de Marcelo Calero como nuevo ministro. "Aseguraremos el fortalecimiento institucional del ministerio y de todo lo que dependa de él; vivimos uno de los mayores momentos de fragilidad de este sistema en toda la historia reciente del país, generada por las grandes dificultades financieras que ha tenido el Ministerio de Cultura en los últimos años. Agradezco el compromiso del presidente Temer de revertir esta situación y garantizar un espacio para la cultura", dijo el flamante jerarca.

Temer dijo que tomó la decisión de mantener esta cartera por considerar a la cultura como un sector fundamental para el país.


Además, el gobierno interino de Brasil pasó su primera prueba en el Parlamento al lograr la aprobación de su nueva meta fiscal, que apunta a cerrar el año con números rojos en 170.000 millones de reales, o sea más de US$47.500 millones.

En una sesión conjunta de las cámaras de Diputados y Senadores, que se alargó hasta la madrugada, la aprobación llegó después del anuncio de medidas para equilibrar las cuentas y un debate acalorado.

A pedido del presidente Michel Temer, los legisladores oficialistas hicieron un esfuerzo para acelerar las deliberaciones, pero la sesión se prolongó porque antes de debatir el déficit se tuvo que someter a votación otros 24 proyectos pendientes.

El nuevo objetivo de las cuentas públicas contempla un déficit fiscal primario, antes del pago de intereses, equivalente al 2,75% del PBI para este año. Se trata de una cifra histórica para el país norteño. El déficit nominal, incluyendo el pago de la deuda, ascenderá al 8,96% del PBI y la deuda pública escalará al 43,9%, una cifra considerada insostenible por el nuevo gobierno.

La alteración de la Ley de Presupuesto también contempla que la economía brasileña registrará este año una recesión del 3,8%, la misma contracción sufrida en 2015.

Sin esta aprobación, el gobierno de Temer se habría visto obligado a cumplir con las metas de superávit que se había trazado el año pasado el gobierno de Dilma Rousseff, algo prácticamente imposible dado el déficit de las cuentas públicas.


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