Tres décadas atrás se llevó a cabo la jornada electoral en la que los uruguayos eligieron a Julio María Sanguinetti como presidente tras 13 años de dictadura.
Estaban finalizando 13 años de dictadura militar pautada por la falta de libertad, por la represión, la desaparición de personas, presos políticos y proscripción de dirigentes y partidos. En esas históricas elecciones de 1984 fueron fruto de un trabajoso proceso de negociación con los militares y tuvo un costo que aún hoy es objeto de polémica: la proscripción de Wilson Ferreira Aldunate, de Liber Seregni y la del Partido Comunista.
La consigna "Sin Wilson, nada" sonó fuerte por parte de los blancos en aquellos días de marchas y contramarchas. Sin embargo, las ansias de dejar atrás esos años de dictadura fueron más fuertes y todas los partidos políticos presentaron sus fórmulas. En aquel entonces había un régimen electoral distinto al actual, donde estaba vigente ley de lemas. Sanguinetti y Tarigo por un lado y Pacheco y Pirán por otro se presentaron por el Partido Colorado. Zumarán y Aguirre, Ortiz y Ferber y Paysee y Maeso fueron las tres fórmulas del Partido Nacional. Crottogini y D'Elía fueron por el Frente Amplio mientras que Chiarino y Slinger lo hicieron por la Unión Cívica.
Esas eran circunstancias políticas en las que el Partido Colorado movilizaba grandes multitudes y donde la figura de Sanguinetti, que había tenido un importante protagonismo en las negociaciones de la salida institucional, emergía con fuerza.
En aquellas elecciones el Partido Colorado fue el triunfador con el 40,2%, fue seguido por el Partido Nacional con un 34,2%. En tercer puesto quedó el Frente Amplio con un 20,7% y la Unión Cívica con un 2,3%.
Tras las elecciones se inició un nuevo tiempo, pautado por un intenso debate político pero también por el diálogo entre los principales líderes: Sanguinetti, Wilson Ferreira y Seregni. Temas como la amnistía general y la ley de caducidad respecto a los militares, marcarían a fuego aquel primer gobierno tras la dictadura.
