El Centro de Instrucción de Paracaidistas del Ejército habrá graduado a 3.000 efectivos al final del curso 2017

Este año se presentaron 125 aspirantes, de los que ingresaron 78 y solo 56 lograron superar la fase de tierra.

El curso básico de paracaidismo militar tiene 40 años de vigencia brindado por el Centro de Instrucción de Paracaidistas del Ejército.

“En este curso Nº90 se graduará el paracaidista número 3.000 y es el centro de referencia para todas las Fuerzas Armadas”, explico el coronel Luis González, director del CIPE.

El curso básico de paracaidismo consta de tres semanas de entrenamiento en tierra donde los alumnos se preparan en caídas, aprenden a equiparse y hacen saltos de una torre de lanzamiento. Luego viene un periodo de cinco saltos de avión a 500 metros de altura que son requisito obligatorio. Dos de ellos se hacen sin equipo militar.

El alférez Javier Díaz dará el primer salto de combate acompañado de su padre y tío, ambos paracaidistas experimentados.

“Un orgullo verlo y compartir esto”, dijo Javier. “Tengo confianza ciega en lo que va a hacer”, contó Carlos Díaz. “Es una satisfacción y orgullo acompañarlo”, admitió José Díaz.

Entre los paracaidistas se destaca el espíritu de cuerpo, la confianza en el instructor, el empacador de servicio y el resto del grupo.

“En las manos nuestras está la vida de todos nuestros camaradas. Como dice nuestro lema: siempre estaremos seguros”, afirmó el sargento Dayan Rivero, empacador.

En la zona de embarque se inspeccionan equipos, se colocan y se dan instrucciones a alumnos sobre condiciones climáticas y posibles emergencias.

A veces ocurren accidentes, como el caso del alférez Andrés Camacho cuyo paracaídas no abrió en febrero de 2016.

“Son cosas que a uno lo marcan. Es una actividad de mucho riesgo y la asumimos como tal”, explicó el jefe de salto Manuel Rosales.

El Centro de Instrucción de Paracaidistas registra siete caídos en 41 años y, si bien son cifras satisfactorias, se hacen constantes controles.

Los graduados de paracaidistas militares coinciden que el curso significa más que la propia disciplina.

“Le da un valor agregado al soldado y al suboficial”, opinó el director del CIPE.


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