El agua bajó y desnudó una realidad muy complicada en los barrios más carenciados.
La crecida del río San José en las últimas semanas ha sido histórica por culpa de las lluvias copiosas, pero finalmente el agua bajó y las personas pudieron comenzar a retornar a sus hogares. Sin embargo, el descenso del agua desnudó una dura realidad para los vecinos afectados: golpeó en las zonas más vulnerables, los barrios más carenciados.
En el barrio Roberto Mariano, uno de los más afectados por la inundación, los vecinos comenzaron con las tareas de limpieza en colaboración con el Comité de Emergencia Departamental. El trabajo ha sido duro, porque cuando abrieron la puerta de su casa fueron tomados por sorpresa por los destrozos.
En el gimnasio Argos había hace poco más de una semana unas 120 familias, de las que quedan ahora unas 20 que todavía no pueden regresar a sus viviendas porque estaban alquilando de manera informal y sus casas están en condiciones inhabitables. "Los que estamos aquí somos los que no tenemos a donde regresar", contó un vecino. "Lo único que nos dicen es que tenemos que alquilar porque tienen que entregar [el gimnasio], pero no soluciones".
