Lo denunció la madre de uno de los chicos y se sumaron los otros dos.
El caso salió a la luz cuando la madre de un menor de once años denunció abuso sexual por parte de dos jóvenes de 21 años, uno de ellos amigo de la familia. Horas más tarde, las madres de otros dos niños de doce años denunciaron también a estos sujetos.
Conocían a los menores por la fábrica de pastas en que trabajaban. Los niños iban allí y a cambio de bizcochos ayudaban a limpiar y ordenar la cocina.
Ambos fueron procesados con prisión por atentado violento al pudor.
