"Ella se estaba riendo, no pudo ver la camioneta porque se estaba riendo"

Removedor testimonio de la madre de la joven de 16 años atropellada por la camioneta del matrimonio paraguayo.

Marcela tenía 16 años, era estudiante y soñaba con ser oncóloga pediatra, la recuerdan como buena hija, hermana y amiga.

Marcela era amor, solidaridad, generosidad. Era un ángel que me robaron de una manera que no tiene explicación. 

El sábado por la noche fue el último momento en que Karina vio a Marcela con vida.

Iba de la mano del novio con un grupo de amigas caminando, según el novio la camioneta se la arrancó de la mano y él no pudo hacer nada. Ella se estaba riendo cuando se murió, no la pudo ver porque se estaba riendo. Las amigas consiguieron verla y saltaron, ella no porque ella era una risa total. Era alegría, amor, generosidad.

Los amigos intentaron rescatarla de debajo de la camioneta pero no pudieron. Hoy se organizan para hacerle un homenaje.

Los gurises están destruidos, están muertos. Yo el dolor que vi y el amor, porque acá yo rescato el amor, es impresionante.

Karina llegó al lugar a los pocos minutos que su hija fue atropellada.

Mis gritos eran desgarradores y desesperantes, perdí el conocimiento del tiempo. Tuve la suerte que había una amiga que vivía ahí y fue la que me contuvo.

Karina es madre de otros tres hijos, de 19, 14 y  7 años.

Es un infierno ¿cómo ves la muerte de un hijo? Es un infierno. No sé si puedo salir de esto, la pérdida de un hijo es muy difícil, uno no lo espera. Nunca esperás que te llamen por teléfono, tu hija sale, te dice: mamá ya vengo y me llaman a los diez minutos, porque fue a tres cuadras de tu casa. Uno nunca está preparado para eso. 

 

 

 

 


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