Estos son los crímenes que cometió Pablo Goncálvez

El primer asesino en serie documentado del país saldrá en libertad el 23 de junio.

Hijo de un diplomático de prestigio, perteneciente a una familia de Carrasco, católico confeso, estudiante universitario de ciencias económicas y con un coeficiente intelectual por encima del promedio. A los 22 años, Pablo Goncálvez no parecía a simple vista el asesino serial que todos buscaban por la muerte y abuso de tres jóvenes de mujeres en menos de catorce meses. Las tres fueron asfixiadas en hechos ocurridos pocos meses después de la muerte del padre de Goncálvez.

Ana Luisa Miller, de 26 años, desapareció en la madrugada del 1º de enero de 1991 cuando volvía de bailar en Old Christians. Su auto apareció a media cuadra de la casa de Goncálvez, pero su caso fue el último en aclararse. El cuerpo apareció en Solymar.

Andrea Castro Pena, de 15 años, fue a bailar a England donde Goncálvez era una especie de relacionista público. Apareció enterrada en la Playa Mansa de Punta del Este 20 días después. En su cuello estaba parte de una corbata que, se supo después, era de Goncálvez.

María Victoria Williams, una salteña de 22 años que estudiaba en Montevideo, vivía a pocos metros de la casa de Goncálvez. Una mañana esperaba el ómnibus cuando él le pidió ayuda porque su abuela se había desmayado. Ya dentro de la casa la asfixió, tuvo el cadáver detrás del sillón 36 horas.

Por primera vez la policía uruguaya recurrió a perfiles psicológicos porque por primera vez se encontraba ante un asesino serial. El psiquiatra Pérez Colombino elaboró cuatro perfiles y su estudio fue utilizado en la investigación. También el testimonio de una funcionaria de un hospital, que meses antes del primer homicidio había denunciado que Pablo Goncálvez la esposó y la violó. Una denuncia que en su momento fue descartada, pero que fue luego clave para definirlo como sospechoso.

Volvía desde Porto Alegre en ómnibus cuando fue detenido. El 22 de febrero de 1993 entró a prisión. Pablo Goncálvez confesó primero por lo menos dos de los tres asesinatos. Años después se declaró inocente y aseguró que su confesión fue arrancada bajo tortura. Perdió sucesivas apelaciones y ocho años después ya estaba condenado por los tres homicidios. A esta altura estaba en Cárcel Central tras seis años en el Penal de Libertad, donde fue apuñalado.

Estando preso se casó con una vecina, tuvo una hija y se divorció. Trabajó en electrónica y estudió Derecho y Ciencias Económicas. Tuvo salidas transitorias, siempre con custodia. El trabajo, el estudio y la buena conducta le han servido para bajar la pena que al inicio fue la máxima, de 30 años.

"El psicópata de Carrasco", como lo llamaron los medios de comunicación durante años, encajaba en el perfil que trazó Pérez Colombino. Sin arrepentimiento, sin remordimiento, manipulador y utilizando al otro sin verlo como otro.

Desde la chacra de cárcel de Campanero saldrá libre el 23 de junio. Con 46 años de edad, habrá cumplido 23 años y cuatro meses de condena.

 


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