Precandidatos opositores criticaron la gestión de seguridad del Gobierno tras conocerse las cifras del 2018; algunos reclamaron un cambio de autoridades

En 2018 las rapiñas aumentaron 53,8 %, los hurtos 25,6 % y los homicidios 45,8 % respecto al año anterior, según información del Ministerio del Interior.

El precandidato blanco Jorge Larrañaga dijo:

La enorme preocupación de cifras que tardaron, que no estuvieron en la Rendición de Cuentas del 1º de marzo de Vázquez. Es increíble: las rapiñas crecieron 54 % y después la campaña de Larrañaga incita al miedo.

A su vez, el precandidato independiente Pablo Mieres sostuvo:

Lo que uno no entiende es cómo un equipo de conducción que lleva más de nueve años al frente, no da un paso al costado. Al revés: sale a justificar y explicar. Pretende hacerle creer a la gente que porque se aprobó el CPP ocurrió todo esto.

El precandidato colorado José Amorín expresó algunas de las medidas de seguridad que propone:

Tengo una política amplísima en seguridad. La Policía tiene que estar mucho más cerca de la gente, que tiene que haber gente en las comisarías. Fue un error garrafal terminar con la Policía Comunitaria, que son elementos centrales para la prevención. La disuasión del PADO no ha sido efectiva y creo que en la represión el Gobierno ha fallado.

El blanco Juan Sartori criticó la falta de resultados pese al gasto adjudicado:

La solución debe ser global, de respaldo desde el principio y después algunas reformas que habrá que hacer. No hay duda de que las cosas no están funcionando. Un tema importante es que nunca el presupuesto fue tan alto- es un dato- y nunca los resultados fueron tan malos.

El precandidato colorado Julio María Sanguinetti tomó una postura más histórica:

No le pido al ministro un milagro. Le pido que asuma la realidad, que es esta. No le digo que no está haciendo un esfuerzo, lo que le digo es que la política esta fracasó. Hay que buscarle otro mecanismo y conceptos. Hemos ido mal, pero vamos mal desde el primer gobierno del Frente Amplio por razones ideológicas, porque se politizó la concepción de seguridad.