Mujica critica a Vázquez, Astori, Constanza Moreira y otras figuras en última biografía

El expresidente también dice en el libro "Una oveja negra al poder" que sin él como candidato el FA habría perdido en 2009.

El expresidente José Mujica está seguro de que si él no hubiera sido el candidato, el Frente Amplio habría perdido las elecciones de 2009 ante Luis Alberto Lacalle. La afirmación está contenida en el libro "Una oveja negra al poder" de los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, presentado el domingo en Buenos Aires y que se presentará en Montevideo el viernes próximo.

“Acá las elecciones las definía un sector que aun tipo como Astori no lo votaba", dice Mujica en el libro. Agregó que Lacalle "es un aristócrata" que lo subestimó, y sobre Astori profundizó: "¡Pobre Danilo! Le falta sex appeal. Siempre está por ser presidente y va a seguir ahí porque no tiene picardía. Le falta maldad".

En el libro se recogen además juicios críticos de Mujica hacia figuras como el propio presidente Tabaré Vázquez y el vicepresidente y actual ministro de Economía Danilo Astori, la senadora Constanza Moreira y el exsenador Alberto Couriel. También cuestiona a las organizaciones feministas, que según él están formadas por intelecutales insoportables.

El exmandatario contó que cree que ni Astori ni Vázquez entienden cómo él llegó a presidente, que el ministro es "meramente racional y no le llega al corazón de la gente" y que "Tabaré se brinda, Danilo no. Se le acercan al auto y sube la ventanilla (...) Te pone la barrera y ahí es donde vos sentís la distancia de clase. Tabaré se puede mezclar mucho más, aunque nunca sabés lo que está pensando".

"Danilo", agrega Mujica, "no aprendió nada de las derrotas porque es así. Es probable que sea más buena persona que Tabaré, porque Tabaré a veces te da la impresión de que usa a la gente. Tiene alguna cosa que no me convence".

A Moreira y Couriel los cuestionó con mayor dureza, entre otras cosas por no haber aportado al fondo Raúl Sendic. "Constanza no puso un peso. Me dicen que es de izquierda, pero su corazón es más capitalista que la puta madre. Salió senadora de garrón, igual que Couriel", dice Mujica y agrega que los dos "se llevan todo de arriba": "¿De qué izquierda nueva me hablás? Todo mentira".

Sobre las organizaciones feministas, Mujica cuestiona específicamente a las que no apoyaron al Plan Juntos con mujeres solas sin hijos. "¿Vos creés que apareció una organización feminista? No, esas son todas intelectuales con sirvientas. Y el Frente Amplio tiene el caudal más grande de esas intelectuales insoportables".

Y aunque sin identificarlos, los autores del libro cuentan que Mujica también siente ira por los legisladores que terminan haciendo sus casas gracias a los viáticos que no devuelven.

En síntesis, en "Una oveja negra al poder", el "Pepe" cuestiona a la mayoría de los políticos de la actualidad, pero sí reivindica a los del pasado, una crítica que extiende a ámbitos como el periodismo y la música. "El nivel bajó muchísimo", afirmó el hoy senador. Intelectualmente reivindica al exministro nacionalista Ignacio de Posadas y expresa su respeto por Julio María Sanguinetti, a quien escucha y de quien recibía llamados en forma frecuente. "Es un capo", dijo Mujica, "un encantador de serpientes. Conmigo se porta bárbaro".

Según cuenta el libro, "los embates indignantes para él vinieron desde dentro del Frente Amplio". Incluso se llegó a preparar su salida anticipada del gobierno por parte de "personas del Frente Amplio que no lo querían y habían empezado a hacer circular el rumor de que iba a renunciar a su cargo mientras hablaban de lo excelente que sería Astori como presidente".

Otra anécdota del libro es que varios ministros del gobierno mujiquista preferían reunirse con el presidente sin la presencia de su mujer Lucía Topolansky, de quien Mujica admite que es terca y más rígida y estructurada desde el punto de vista ideológico que él, pero también la defiende de manera muy fuerte. "Es fundamental y realmente es una suerte haberla conocido", dice.

También reivindicó a José Batlle y Ordóñez y aseguró que "ahora nos parecemos a lo que históricamente fuimos: un país de vanguardia".


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