Bomberos inspeccionó el aparato y no encontró nada; los 120 pasajeros quedaron retenidos.
El avión se preparaba para despegar de Buenos Aires hacia Montevideo. Un pasajero empezó a pedir que bajaran de la aeronave a un hombre que estaba rezando. Decía que tenía cables en la mano y alrededor de la cabeza.
El pasajero señalado explicó que era judío y que no se trataba de ningún tipo de cables sino que eran implementos para rezar.
Según fuentes de la empresa, la situación se solucionó y ambos pasajeros permanecieron en el avión. Sin embargo, uno de los hombres llamó a su familia y dijo que había un presunto terrorista en la aeronave. La familia llamó y los controladores argentinos avisaron a los pilotos cuando ya estaban en vuelo.
Los 120 pasajeros se enteraron de la presunta amenaza cuando el avión aterrizó en Carrasco. Todos quedaron retenidos.
Bomberos inspeccionó el aparato y no encontró nada. Igualmente fue activado el protocolo de seguridad.
Finalmente, se trataba de una falsa alarma.