Tras la intermediación del director del INR, los funcionarios retomaron a sus actividades habituales.
La operadora penitenciaria agredida sufrió pérdida de conocimiento en el momento de los golpes que recibió por parte de unas de las presas; no obstante, ya fue dada de alta.
Los funcionarios detuvieron las actividades hasta que se trasladara a la reclusa que protagonizó la agresión. Finalmente, fue llevada a otro centro, a lo que se sumó la presencia del director del Instituto Nacional de Rehabilitación, lo que permitió descomprimir la situación.
“Vinimos a las cinco de la mañana a dialogar con ellos, para ver las preocupaciones que tienen. Estar con la gente es la única respuesta. Recién arrancamos con todo el trabajo, pero esa es la forma de entender a la gente.
Llegamos a acuerdos”, dijo el recientemente designado director del INR.
En tanto, la organización de Funcionarios Civiles Penitenciarios planteó otras reivindicaciones.
“Lo que hemos planteado en esta unidad y a nivel nacional es la falta de materiales para poder trabajar.
La problemática particular en esta unidad es que no se respeta el tema de la rehabilitación hacia el interno”.