Pablo Atchugarry: “Uruguay no tiene un mercado del arte tan importante como para sostener a la cantidad de artistas que tiene”

El artista plástico uruguayo de destacada trayectoria internacional dio su perspectiva del arte en Uruguay en el marco de America Business Talks.

Desde pequeño sus padres descubren en él notorias aptitudes para el dibujo y lo estimulan a seguir por ese camino. Es así que a los once años Pablo Atchugarry inicia sus primeras experiencias como artista y comienza a incursionar en la escultura, componiendo obras con cemento, metal y madera.

Desde hace décadas generó un puente de comunicación entre Europa y América gracias a la internacionalización de sus monumentales obras. En 2007 creó su propia fundación y el Parque de Esculturas de Manantiales, Maldonado.

Los artistas en Uruguay

El Uruguay tiene una gran cantidad de artistas, también los tuvo. Esperemos que los tenga en el futuro. Yo siempre hago la comparación entre la cantidad de futbolistas que tiene el Uruguay y los artistas, pero lo que pasa es que los artistas están en otro plano social. No están tan integrados a la sociedad.

Uruguay no tiene un mercado del arte tan importante como para sostener a la cantidad de artistas que tiene. Es una problemática que siempre tuvo. Es un mercado muy chico para poder absorber las obras de sus creadores, entonces el camino es hacerse conocer en mercados más grandes en el exterior.

Su periplo en el exterior

Yo me fui a principios de los 70’ a Argentina y Brasil y luego en el 77’ a Europa. Me fui conociendo muy poca gente y teniendo pocos contactos. Fue difícil pero había fuerza de voluntad y la idea de que había que quemar las naves en lo que podía ser una situación menos confortable pero tenía un mejor futuro.

Vocación

Hay que fomentar el arte, lo pueden hacer las familias o las instituciones, en las escuelas o liceos. Eso puede fomentar a descubrir la vocación. Una vez que los jóvenes la descubren, tienen que apostar a ella.

Fundación Atchugarry                 

Cada escuela que viene, y cuando hacen trabajo con pedazos de mármol, con dibujos, con arcilla, cada uno de esos encuentros es importante. Me viene a la mente la expresión de un niño que hizo un taller, era chico. Me dijo a la salida: “Pablo, hoy estuve haciendo arte”. Eso tiene una importancia enorme, porque de repente era lo mismo que hacía en la escuela pero en ese contexto eso era arte. Hay que tratar de fomentar eso de ir al contacto. Es lindo que las nuevas generaciones aprendan a soñar. Empieza por el sueño, pero la vida nos va llevando a los caminos más concretos

Artista incansable

Picasso decía que es un 90% de trabajo y un 10% de genialidad. O la otra frase que dice: “cuando te llegue la inspiración que te encuentre trabajando”. Son todos puntos que convergen hacia el trabajo. Trabajar en el arte significa que cuando se termina una obra, el fin de esa obra va a ser el principio de la otra. Es un estímulo.

Su trabajo en mármol

Yo cuento siempre que el primer encuentro con el mármol fue en la escuela. Hablando de Italia, del Lago de Como y del mármol de Carrara, que hoy es el material que más trabajo. Como ese encuentro a nivel escolar con el famoso mármol de Miguel Ángel, luego se dio que trabajara con ese material. Yo digo que cada bloque es el hijo de la montaña, que está entregando sus hijos y vos tenés que descubrirlos y acompañarlos a que sean adultos.

Yo voy a Carrara varias veces en el año. Entre cientos de bloques, ¿Por qué elegir este y no aquel? Yo creo que ellos eligen al artista, de alguna manera se manifiestan.

Su obra favorita

No sé si tengo una obra preferida, pero hace cuatro o cinco años traje una obra que es un homenaje a Miguel Ángel, a La Piedad. La traje para que se quede aquí, que no siga su peregrinaje. Fue realizada en los años 1982 y 1983. Es una figura de una María muy terrena, muy dramática. No siempre fue bien aceptada. Ahora estamos haciendo en la fundación un lugar para esa obra.


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