Anabela Aldaz, socia de OMEU y Presidenta de la Organización del Congreso tuvo a su cargo la presentación de Florencia.
“Florencia es una apasionada del Bienestar y la espiritualidad. Directora de Florencia Gubba Health&Soul Coaching, funda su emprendimiento en 2010 con la intención de compartir herramientas para alinear nuestro mundo interno con el externo e inspirar a vivir una vida de mayor conexión, paz y bienestar. Luego de varios años de trabajar en la exitosa empresa familiar decide dejarlo todo e ir tras su pasión y amor por el servicio a los demás, camino que la lleva a su actual profesión.
En lo personal presentar a Florencia tiene un alto significado, ya que fue a través de sus enseñanzas y por medio de uno de sus programas, que me permití hace unos años la posibilidad de descubrir un camino distinto, el de la meditación, la contemplación y el estar presente en el presente, dejando de lado estructuras muy rígidas de mi formación como abogada, pero que me han hecho mejor profesional y sin duda una persona más conectada con mi interior, con mi espiritualidad, con mis afectos, en resumen más feliz!.
Florencia inició su presentación con una meditación que nos puso a todos en un clima nuevo, para el que nos veníamos preparando en los talleres anteriores de esa mañana.
Luego nos llevó a pensar en las creencias que nos hacen actuar desde el miedo, o desde lo que se espera de nosotros, haciéndonos ver que solo desde una verdadera conexión con nuestro interior es cómo podemos brillar, dar lo mejor de nosotros mismos. Nos alentó a salir de ese lugar de miedo y a pararnos en otro lugar, en el lugar del amor, del dar y estar convencidas que el universo conspira a nuestro favor.
Sin dudas, todo el Congreso tuvo un hilo conductor que nos fue llevando a incorporar variados conceptos, herramientas y este en particular nos llevó de la mano de la espiritualidad a un momento de un clima muy especial, muy íntimo donde trabajamos desde nuestro interior y nos
fuimos de allí, con una gran alegría. Estos conceptos fueron compartidos por las asistentes quienes no paraban de decir que el congreso tenía “TODO”.
