Especial editoriales: Virginia Arlington nos cuenta cómo funciona Palabra Santa

Palabra Santa es dirigida por Virginia Arlington y Mónica Bottero. Es una editorial que trabaja con autores nacionales, en su mayoría mujeres, y que se enfoca en la no ficción.

¿Cómo surge la editorial?

La editorial Palabra Santa surge hace aproximadamente 5 años, este año cumplimos 5 años. Es un afán de achicar, achicar en el sentido de poner un poquito más de atención en los libros que íbamos a publicar. Poner el acento no tanto en la cantidad, en una novedad todos los meses si no en la calidad y en tener mucho cuidado en cada propuesta. Elegir, tener la oportunidad de elegir.

¿Deriva de algo anterior?

Mi socia Mónica Botero y yo venimos del mundo del periodismo. Nuestra editorial está  enfocada en la no ficción, somos unas apasionadas por la realidad. Diferentes formas de abordar esa realidad. Todos sabemos que el mundo del periodismo es bastante vertiginoso y queríamos poner pausa y poner atención en el cómo contamos lo que nos rodea. Viene un poco por ahí.

¿El nombre alude a algo?

Cuando decís "eso es palabra santa" es que eso es así. Es la palabra justa, la palabra que no habla de más, es la palabra precisa. Viene un poquito por ahí. No tiene nada que ver con lo religioso.

¿Con qué tipos de autores trabajan?

Está absolutamente delimitado, trabajamos con autores nacionales, somos una editorial nacional, especificamos claramente que no salimos al mercado internacional. Si bien ahora el intercambio con Buenos Aires está más abierto, quizá hagamos alguna incursión en Argentina. Nos gusta trabajar con periodistas porque somos periodistas y nos entendemos, sentimos que estamos hablando el mismo lenguaje. El tema mujer es un tema que nos sale así. Hacemos libros pensando en que sean más unisex pero nos salen libros de nenas, como que tenemos ese perfil. Nos gusta trabajar con mujeres. Por supuesto que tenemos autores varones, tenemos a Andrés Reyes que estamos por sacar uno ahora, Marcelo Figueredo, hemos trabajado con hombres pero nos sale trabajar con mujeres.

¿Hay algún tema que los escritores uruguayos tiendan a escribir?

No. Los autores uruguayos, como los pakistaníes o de cualquier lado escriben sobre las inquietudes humanas, lo que nos pasa a todos. Sobre lo que nos rodea y lo que te pasa. Sobre ser papás, sobre el amor, sobre la maldad, la infidelidad, la maldad, la deslealtad. No tenés que ser autor de ficción o no, podés abordar desde diferentes formatos esos mismos conflictos que vienen desde siempre.

¿Hay un perfil de lectura de los uruguayos?

Yo creo que los uruguayos de un tiempo a esta parte, bajo la premisa de que yo creo que más que nada en lectores universales, creo que a todos nos preocupan las misma cosas. Los uruguayos estamos un poquito autoreferenciales, nos importa qué nos pasa a los uruguayos, cómo nos ven desde afuera, ese tipo de títulos nos gustan. Qué piensan los extranjeros de los uruguayos, cómo es la identidad nacional, cómo nos construimos.

¿Cuánto es vender mucho?

Nosotras todavía como editorial nunca llegamos a un hit, porque también venimos de otras experiencias anteriores. Para que un libro sea considerado un hit en Uruguay debería andar en un promedio de 15.000 ó 20.000 libros. No sé cuánto vendió el libro "Una oveja negra al poder", ese debe haber vendido montonazos. Tenemos claro que el promedio de venta de un libro medianamente exitoso o para zafar de costos y que dé algo de beneficios, yo creo que debería andar entre 1.000, 2.000 libros. Ya estamos contentas.

¿Cómo se trabaja con el autor?

Yo creo que ahí hay un diferencial en Palabra Santa. Nosotras trabajamos muchísimo desde lo editorial. Hay desde proyectos que salen de la editorial, hasta proyectos que traen los autores. Lo que sí se hace es trabajar mucho cuerpo a cuerpo con el escritor, juntándonos mucho y viendo cómo venís, vamos para este lado, tener claro qué es lo que querés, cumplir con lo que querés. Obviamente ser flexibles.

Pero el trabajo de edición y corrección es importante. Una cosa es editar, ver la estructura general del libro, que haya una coherencia, una lógica, tener al lector siempre al lado para que entienda qué es lo que querés transmitir. Y ese texto cuando el autor y el editor dicen: bueno, basta no lo quiero ver más, se va a una corrección, de espacios de palabras y ortografía. Después pasa a diseño. Para nosotros el diseño es clave. Siempre trabajamos con cuerpo de letra grande, no importa que la moda ahora sea utilizar letras chiquitas, para nosotros la letra grande es importante.

Habla de eso de Palabra Santa, de ser precisos, de separar en párrafos, de que la calidad del papel sea bueno, la tinta, el proceso perfecto. Hay una serie de pasos que no le interesan al mundo lector que hacen que lo que vos querés transmitir sea lo que efectivamente se transmita. Luego pasa a diseño, se diseña el libro y después pasa de nuevo a corrección para una última vichada, lo vemos 500 veces en ese camino. Hay un ilustrador que trabaja paralelamente, nosotros en este momento estamos mandando un libro a corrección y al mismo tiempo estamos haciendo una convocatoria a ilustradores nacionales, tenemos unos ilustradores maravillosos en este país. Entonces los convocamos a presentar bocetos, les pasamos parte del libro para que entienda de qué viene y ellos presentan sus propuestas. Con eso en mano vemos cuál se alinea más a lo que nosotros estamos pensando como libro y ellos aportan un montón. Queremos ilustraciones y fotos que digan cosas que no dice el autor, que aporten lo suyo. Eso siempre lo hemos logrado. Se junta todo ese material y se va a imprenta. Imprenta es todo un tema también. Siempre trabajamos con la misma imprenta. Es una red de contención importante. Vamos a imprenta a comprobar que todo esté perfecto, a calibrar colores.

¿Cuánto tiempo lleva el proceso?

No hay un promedio, hay libros que están empezando ahora que son para 2017. Nosotras estamos empezando un libro en marzo de 2016 que va a ver la luz en 2017. Hay libros que de repente llevan menos tiempo. También se sabe que los autores generalmente no viven de esto. Les lleva más tiempo porque tienen sus trabajos para poder comer y aparte escriben. Entonces a veces los procesos son más largos de lo que uno quisiera.

¿Cuántas personas trabajan en el equipo?

Nosotros somos una editorial súper chica y los estables somos Mónica Botero y yo que somos las que dirigimos todos los procesos y tercerizamos y armamos equipos según sea el libro. Entonces participa un fotógrafo, generalmente, hay diseñador que puede ser uno o dos, el autor obviamente y corrector o correctores y equipo de imprenta. Hay un equipete importante por cada libro que no baja de las cinco o seis personas.

¿Con qué dificultades se va enfrentando el sector?

Yo lamento mucho que Gustavo Fuentes haya fallecido porque él hubiese sido un tipo súper claro para hablar. Era el centro del mundo editorial en Uruguay, era el encargado de distribuir los libros en todas las librerías. Él la tenía súper clara. Yo no la tengo tan clara como Gustavo. Si vos me decís cuáles son las dificultades se me ocurre: el mercado uruguayo es chico.

Ventajas: somos un mercado ávido de leer, hay gente que quiere leer. Yo generalmente tengo una visión optimista de todo. Hay una generación de gente joven con ganas de hacer cosas bien, gente que escribe y que diseña, que te abren la cabeza. Hay mucha competencia. El surgimiento de muchas editoriales independientes me parece un buen síntoma. Son competencia pero te ayudan a mirar al costado, copiar lo que están haciendo bien y diferenciarte de otra manera. Hay grandes monopolios como Pengüin, está Planeta. Ellos captan a la mayoría de los autores. Nuestra habilidad está en lograr productos diferentes, más de nicho y con un poquito más de cuidado porque no entramos en la lógica industrial.

¿Trabajan con libros digitales o lo piensan?

Estamos lejos. Sobre todo porque acá la compra de dispositivos está frenada. Incluso si ves indicadores tanto en EE.UU. como en Europa, la venta de dispositivos electrónicos de lectura se ha frenado. El papel todavía sigue y nosotras por ahora seguimos con el papel. Obviamente hay libros nuestros que están en Amazon porque tenemos que formar parte de alguna manera de ese fenómeno y no podemos estar ausentes. Pero no nos ha traído ningún tipo de felicidad ni gratificación formar parte de ese mundo, por ahora.

¿Qué libros?

El de Tesa García, el de Adela todavía no, el de Clarita Berenbau está y hay alguno más.

¿Qué pasa con los libros que no se venden?

El sistema es bastante vertiginoso. La novedad pasa como un suspiro. Eso que te llevó tanto tiempo y cariño en hacer, de repente pasa una semana o dos y está afuera. Si tiene éxito lográs que esté tres meses en mesa de novedades. Ese es un trabajo conjunto que hay que hacer con los libreros y ver que tu novedad esté el más tiempo posible en mesa de novedades. Lo que no se vende se devuelve. Es todo con devolución.

¿Cuál de sus libros tuvo más éxito?

Depende de lo que sientas por éxito. Yo siento que el libro de Homero Alcina Tebenet, que fue un crítico y periodista uruguayo clave para nosotros, es un éxito tenerlo en circulación. En ventas fue bajísimo, pero para nosotros fue un éxito haber podido concretar ese libro. Éxito comercial es otra cosa, los que más han perdurado de los que sacamos son, por ejemplo: el de Clarita Berenbau "Vivir con él" ha perdurado, el libro de Andrés Reyes "El propio fútbol uruguayo", el fútbol es un tema que siempre revive. El libro de Adela Dubra "Basta de tanto" también ha perdurado, por ahí. El de Valeria Tanco "Mis terapias" es un libro precioso que está llamado a durar porque tiene vigencia porque habla de las diferentes terapias por las cuales ella ha pasado...

El que más vendimos es el de Adela y el de Clara. Los dos están bien. También nosotros tenemos un área de negocios especiales. Nosotros editamos hace un poco el libro sobre los 80 años del Ballet Nacional del Sodre, ese libro se vendió toda la tirada al Ballet. Entonces ese es el tipo de negocio que nos ayudan a mantener los otros libros.

¿Qué proyectos quedan para este año?

Tenemos un libro de Andrés Reyes, que todavía estamos discutiendo el título, pero tiene que ver con la masculinidad. Con cómo son los hombres de ahora. Es un manifiesto de ética masculina contado con el sentido del humor impresionante que tiene Andrés. Estamos súper contentas con ese libro. Y estamos con otro libro más femenino de rescatar a algunas mujeres que fueron y son importantes para todas nosotras.


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