Hablamos con el creador de "La Eterna Promesa", una serie de cuentos ilustrados sobre un joven futbolista que podría ser cualquiera de nosotros

Felipe Cotelo nos contó cómo surgió la idea de "escribir cuentos cortos y divertidos de fútbol sobre un jugador que nunca logró dejar de ser una promesa".

La Eterna Promesa, escrita por Felipe Cotelo e ilustrada por Agustín Cleffi, y disponible en la web de La Tele, propone una serie de cuentos cortos sobre fútbol acerca de una joven promesa que lucha por dejar de ser promesa.

Así, la historia ‪nos invita a recorrer las andanzas, los sueños y los ídolos –entre otras cosas–de un ser entrañable que no tardará en generar empatía y ganarse el corazón de los lectores.

Cualquier similitud con la realidad, no es coincidencia. Y cuidado, podrías ser vos...

A continuación, los invitamos a compartir el mano a mano de De la Mancha con Felipe Cotelo.


¿Cómo surgió la idea de escribir esta historia?

Siempre me gustó escribir, había probado varias cosas pero en mi autoexigencia ningún “estilo” me convencía. Hace unos años, en “Creatividad II”, una materia de Facultad de la Licenciatura en Comunicación Social con énfasis en publicidad de la Universidad Católica, nos pidieron que escribiéramos un relato sobre temáticas que se dieron al azar. Y casi que sin querer me salió un cuento divertido sobre un carro de basura tirado por caballos. Real. La forma de escribir era abusando de las pausas, de los puntos. Me copó y quise probarlo en una temática que me gustara: el fútbol. 

Por otra parte, en Yaguarí, club en el que hago que juego al fútbol, hay un amigo más grande que un día me lo presentaron diciéndome que era un gran promesa que se había quedado en eso, que no había explotado. De ahí el “eterna promesa”. 

De esa mezcla bizarra nació la idea de escribir cuentos cortos y divertidos de fútbol sobre un jugador que nunca logró dejar de ser una promesa. Además, soy enfermo por el fútbol y el término “promesa” se usa para cualquiera que engancha a dos en su debut. Por lo que aplicaba. 

Más o menos, así salió la idea… 


¿Cómo definirías en pocas palabras al protagonista?

Como un jugador enemigo de la suerte. 

Pero un buen pibe, de barrio, al que le pasa todo junto, todo eso que viven los futbolistas. Llegar a primera, debutar, el sueño de hacer goles, pegar el pase… Todo le pasa a él, casi siempre sin ayuda de la suerte.

Pero lo más divertido, creo, es esa empatía que genera en los que siguen la zaga. Muchos conocidos a los que les mando cada entrega se enojan porque no le va bien… “¡dale una buena al pibe, mijo!”, me han llegado a decir y eso para mí es increíble. Mi hermano un día hasta me lo planteó enojado: “basta de que le vaya mal al pibe”. 


¿Dónde está la fuente de inspiración para La Eterna promesa?

Tengo varios amigos futbolistas (muchos fieles lectores de los cuentos), con los que hablo todo el tiempo e intento sacarle esos cuentos divertidos, esas experiencias que viven día a día o vivieron. Ellos, sin querer, terminan siendo gran inspiración.

Eso sumado a que estoy todo el santo día mirando fútbol, leyendo notas e historias, mirando goles, programas y todo lo que tenga que ver con este deporte. Me encantan las curiosidades, paso investigando las redes sociales de los futbolistas, son cosas que me divierten mucho y que siempre sirven como inspiración. 

Por último, el ir a la cancha. Ahí ves otro mundo, otra caja de sorpresas. El tedioso grito de “fracasado”, por ejemplo.

En resumen, La eterna promesa es la suma de historias de futbolistas, algunos amigos, otros no, de notas, personalidades y el ir a la cancha. Siempre adaptadas para seguir un hilo en la historia y lograr fomentar el ser eternamente un jugador que está por explotar.


¿Cuántos elementos tomás de la realidad para escribir los capítulos?

Muchos. Simplemente que son adaptadas para que no sea de ninguno en particular y que muchos jugadores puedan sentirse identificados. Además, me gusta que los pueda leer cualquiera, personas que no saben de o que no les gusta mucho el fútbol también. Creo que la narrativa se presta para que sea atractivo más allá del deporte. Son cuentos cortos que buscan ser cómicos escritos en primera persona.

Pero sí, muchos elementos son reales, solo que se adaptan para que sea una historia de ficción, claro. 


Dijiste que varios jugadores son lectores, ¿podés mencionar a alguno?

Puede ser un arma de doble filo nombrarlos porque algunos, sin querer, sirvieron para inspirar cuentos. Pero cual si fuese el sorteo de la Copa Libertadores, saco de la galera al azar a diez jugadores lectores: Bruno Fornaroli, Camilo Mayada, ‘Nachito’ González, Santiago Mele, Fabricio Formiliano, Leandro Sosa, Matías y Emiliano Velázquez, Marcelo Tabárez y Santiago Ramírez. Y ya que estoy, les agradezco…


Todas las semanas hay una nueva entrega. ¿Qué es lo que no puede faltar en cada una?

En los #MartesDeLEP, como me gusta decir, no puede faltar una historia más, una perla que se agrega al collar. Soy perfeccionista a niveles enfermizos, por lo que lo que no puede pasar es que el cuento que se publique no me guste. O sea que lo primero que no puede faltar es mi aprobación. Después, tiene que tener gracia, cambios de ritmo, datos que aporten a la construcción del personaje y que logre ese “¿cuándo sale el próximo?”. Si logro eso, soy feliz. Si no, el próximo va a tener la barra de aprobación mucho más alta. 


¿Algo más que quieras decir?

Sí, decir perdón. A varios, je. Primero a mi novia y familia, a los que les paso contando en qué andan los cuentos y se les mando antes de publicados para que me den su opinión y revisen. 

Después, pedirle perdón a todos los que atomizo en cada entrega. Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, por eso me encargo de mandarle personalmente las nuevas entregas a todos los que aparentemente les gustan los cuentos. Si a alguno no le gusta, me dice nomás y no lo atomizo más… 

Mención especial para PDA (Por decir algo, web deportiva), que colaboraron para que esto viera la luz. 

Por último, pero no por eso menos importante, a Agustín Cleffi que es el que ilustra. Dijo que sí pensando que iba a durar poco pero viene aguantando la eterna promesa. Así que, perdón y gracias al mismo tiempo. 


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