La crisis del 2002 fue el principal desafío que enfrentó el Gobierno de Batlle

El equipo de Batlle logró que el Gobierno de Estados Unidos le prestara a Uruguay la cifra de 1.500 millones de dólares.

El 29 de noviembre de 2001 se desencadena la crisis argentina, que desemboca en el corralito y, un mes después, en la renuncia del presidente Fernando de la Rúa. Entonces, la mayoría de los depósitos de no residentes en Uruguay era de ciudadanos argentinos que llegaban a nuestro país a retirar sus depósitos, ya que no podían acceder a sus cuentas en Argentina.

También los uruguayos iniciaron una corrida bancaria, retirando en poco menos de seis meses el 47 % de los depósitos bancarios. Los bancos Comercial, Caja Obrera y Montevideo, quebraron. El dólar se devaluó. Miles de ciudadanos quedaron en la ruina y el desempleo llegó al récord del 20 %.

El 24 de julio de 2002, se declaró feriado bancario. Alejandro Atchugarry sustituyó al entonces ministro Alberto Bensión y logró que se aprobara la Ley de fortalecimiento del sistema bancario, por la que se reprograman los depósitos del Banco República.

Paralelamente, un equipo negociaba en los Estados Unidos un préstamo puente. La delegación uruguaya se aprestaba a irse con las manos vacías cuando se escucha una frase en la Embajada uruguaya: “No se vaya, Taylor es de Peñarol”, según relata el libro “Con los días contados”, de Claudio Paolillo.

El ministro de Haciendo norteamericano le había pedido a Tylor, presidente del Tesoro, que ayudara a Uruguay. Así, el Gobierno de Estados Unidos le prestó a Uruguay la cifra de 1.500 millones de dólares.


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