Álvaro Pereira

Son las doce y media del mediodía de un domingo de noviembre en el Complejo de la AUF, hace calor. Llego, estaciono afuera con el resto de los periodistas y espero a que nos hagan pasar. No hay mucho movimiento, así que le escribo a Matías Faral. -Hola, ya llegué ¿paso? ¿O tengo que esperar […]

Son las doce y media del mediodía de un domingo de noviembre en el Complejo de la AUF, hace calor. Llego, estaciono afuera con el resto de los periodistas y espero a que nos hagan pasar. No hay mucho movimiento, así que le escribo a Matías Faral.

-Hola, ya llegué ¿paso? ¿O tengo que esperar algo?
-Buenas. Qué temprano llegaste. Ahora cuando pasen todos, pasás.
-12:30 me dijiste, llegué exacta. ¿Demoran mucho? ¿Me da el tiempo de ir a comprarme un Colet?

Matías Faral me clavó el visto, así que busqué un almacén y fui a comprarme un Colet, a cinco kilómetros de donde estaba. A la vuelta, claro, me perdí y cuando llegué ya habían entrado todos.  Dejé el auto afuera y recorrí caminando las –más o menos- dos cuadras que separan el portón de entrada del edificio del complejo.

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Cuando entré estaba todo listo para que Stuani y Coates hablaran en conferencia de prensa. Uruguay se estaba preparando para jugar contra Chile por Eliminatorias. La conferencia no llevó más de media hora. Cuando terminó, la mayoría de los periodistas se fueron. Quedé yo sentada en el sillón de entrada y algunos visitantes que iban a sacarse fotos o a buscar autógrafos. Eran casi las dos de la tarde y Palito seguía sin aparecer.

-Termina de almorzar y viene, me aclaró Faral.

Me levanté y me acerqué al estar en donde había galletitas y Coca Cola para los periodistas. Y en eso estaba cuando llegó Palito.

-Hola, ferfón, le dije disculpándome con toda la boca llena de galletitas Solar.

Nos saludamos y lo invité a pasar a "mi oficina" en el Complejo de la AUF. El mismo rincón en donde ya entrevisté antes al Cacha, al Tata y a Godín. Un lugar con un sillón pequeño, una mesita de vidrio llena de revistas y el ir y venir continuo de guardias de seguridad, jugadores, gente y teléfonos repiqueteando. Nos sentamos uno pegado al otro, me apoyé el grabador en las piernas y le di rec.

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Infancia en Punta Rieles y baby fútbol

Nací el 28 de noviembre del 85 en Punta de Rieles. Vivía con mis viejos a dos cuadras de la casa de mis abuelos maternos y con familia por parte paterna en el Cerro.

¿En dónde trabajaban tus padres?

Mi madre trabajaba en una fábrica textil y mi papá tenía un almacén en mi casa y hacía trajes para el Carnaval.

¿Tenés hermanos?

Tengo a mi hermano Alejandro que lo perdí hace diez años. Mi hermana Verónica que tiene a mis cuatro sobrinos, mi hermano Danilo que tiene a mi sobrina, después vengo yo y mi hermana Marisel que va a cumplir 23.

¿Cómo fue tu infancia en Punta de Rieles?

Tengo recuerdos lindos, de calle, de barrio, del baby fútbol, siempre con la pelota. Lo típico de un barrio humilde. La verdad que tuve una infancia muy linda.

¿En dónde arrancaste baby fútbol?

Arranqué en el Colmenar con cuatro años, después pasé por miles de quipos, el Málaga, Huracán Villegas pero el que más me identifica es el Siete Estrellas que jugué cuatro años y también jugaba a la misma vez en AUFI en Nacional.

¿Alguien te inculcó el gusto por el fútbol o surgió solo?

Mi viejo era futbolero, llegó a jugar hasta la reserva en Cerro. Después por temas laborales se fue a Argentina, estuvo en Arsenal de Sarandí, después tuvo una lesión jodida en tibia y peroné y no pudo seguir jugando. Siempre a mí y a mi hermano grande nos llevó al baby fútbol. Pero siempre nos inculcó primero el estudio y después el fútbol.

¿A qué escuela fuiste?

Hice la Escuela en la 179 y después en la 338 en Punta de Rieles. Fue lindo, fui primera escolta de la bandera uruguaya, nunca tuve problemas de enseñanza. Era inquieto y muy amiguero. Si volviera a nacer elegiría lo mismo.

¿Fuiste al liceo?

Hice dos años en la UTU Larravide y en tercer año pasé al Liceo 49 en Punta de Rieles. Luego por temas de horario del fútbol hice cuarto año en el 45 y quinto y sexto en el 58.

¿Terminaste el liceo?

No lo pude terminar, no es excusa, pero a los 18 años empecé a venir con la Sub-20 en la generación de Godín, Muslera y el Cebolla, justo fue el debut en primera y eso me generó problemas con los horarios. Después además vino el pase a Argentina. Era el fútbol o el estudio y aposté al fútbol, porque sé que si dejo el estudio más para adelante, lo puedo hacer después.

Una anécdota de Palito

Hay algo muy cómico: mi hermano estaba haciendo preséptima en Peñarol, yo lo acompañé a un entrenamiento, habían empezado a entrenar el 85 de Peñarol pero como no jugaba en AUFI y en la Liga solamente entrenaba, yo para no quedarme mirando el entrenamiento de mi hermano entrenaba con Peñarol y no sabían que jugaba en AUFI con Nacional. Así que creo que fui el primer jugador de la historia que jugaba en Peñarol y en Nacional. Es algo muy gracioso, uno de chico quiere jugar y no importa el color de la camiseta.

El debut en primera con Miramar Misiones y la llamada para la Sub-20

Debuté con 18 años. Mi hermano estaba en juveniles, yo hice sexta y séptima en Danubio. Anteriormente en quinta los de 84 repetían segundo año de quinta y los de 85 tenían poco espacio, entonces preferí quedar libre. Me voy quince días a Argentina, estoy en Boca y como no había lugar y no tenía un tutor para quedarme en Argentina tuve que volverme y me volví a Miramar que era el club donde estaba mi hermano. Tuve la suerte con 15 años de entrenar con primera. Luego vino la citación a la Sub-20 y debuté en mayo de 2004 en la cancha de Villa Española contra Cerrito. Justo nos toca debutar a mí, a Papelito Fernández y a Agustín Lucas, los tres juntos, y después a los pocos días jugamos contra Peñarol, fue la primera vez que pisé el estadio Centenario, les ganamos 3 a 2 y fue un partido inolvidable. Fue todo soñado. A partir de ahí jugamos un poco más, vino el Sudamericano Sub-20 en Colombia y a los pocos meses ya me fui a Quilmes en Argentina.

¿Cómo fue el llamado para la Sub-20?

Es algo muy bizarro lo que te voy a contar porque yo estaba entrenando en tercera y en primera prácticamente. Un día como no arrancaba el campeonato de tercera todavía y el de cuarta ya había comenzado y jugaban casi todos mis amigos, yo no quería bajar para no quitarle el lugar a mi amigo, y el partido anterior justo se lesiona y no tenían con quién jugar. Entre semana hacemos un amistoso y yo le dije al técnico de cuarta:

(va la reproducción de la charla como me la contó Palito)

-Si necesitás yo bajo y juego
-¿Te parece? Si ya estás para debutar en primera
-No, yo bajo y juego.

Me acuerdo que fue un partido contra River en el Méndez Piana y justo dio la casualidad que fue a ver el partido Gustavo Ferrín con el Bebe Castelnoble y les gustó como jugaba. En la semana me llamaron y me dijeron que iba a estar convocado para la Sub-20, comencé a entrenar y a partir de ahí empecé el proceso y no paré. Tuve la oportunidad de jugar el Sudamericano, por diferencias de goles no pudimos clasificar pero fue una experiencia muy linda.

Bien cosa del destino ¿no?

¡Claro! Porque no me vieron ni en tercera ni en primera, me vieron en cuarta.

Argentina y Europa

Después me fui a Quilmes de Argentina, a los 19 años recién cumplidos.

¿Te fuiste solo?

Sí, me fui solo. Estuve seis meses viviendo en el estadio de Quilmes porque llegué, busqué apartamento pero por comodidad me quedé ahí. Después me fui a Caballito, Nacho Risso vivía en el mismo edificio y yo vivía con un cordobés. Íbamos juntos a entrenar. Estuve un año en Quilmes, en ese momento pierdo a mi hermano y descendemos. Fue un año muy difícil. Después me fui a Argentino Juniors y me enteré que iba a ser papá, a partir de ahí fue todo para arriba.

¿Te adaptaste rápido en Argentina?

Me ayudó haber tenido la experiencia de la Sub-20, tener competencia internacional por más que fuera juvenil. Además, Quilmes se portó de diez conmigo, me abrieron las puertas, me hicieron sentir uno más. Me abrazaron, me llevaron a sus casas, fue una experiencia muy linda, hasta hoy hablamos y nos vemos.

Montevideo, Uruguay 31 de AgostoPartida de la Selección Uruguaya rumbo a Mendoza para enfrenta a Argentina por la Eliminatrias 2108 Los jugadores Pereira y Jose Naria Gimenez Foto:Gaston Britos/focouy
Foto: Gaston Britos/focouy

¿Qué pasó con tu hermano?

Él ya tenía problemas cardíacos, se le taparon las válvulas, se empezó a sentir mal. Lo internan algunos meses, yo viajo antes de la operación porque me dicen que de la operación no había posibilidades de que se salvara…

Qué viaje difícil…

Viajé y fue el viaje más triste de mi vida. Volví del puerto hasta La Plata llorando solo como loco porque sabía que iba a ver a mi hermano por última vez. Son golpes muy duros que cuestan hasta el día de hoy. Son experiencias de vida que te dan fuerzas para salir adelante, de arriba me está apoyando y me dio el mejor regalo porque a los pocos meses que lo pierdo tengo la posibilidad de ser papá.

Es como eso de una vida que se va y otra que llega en su lugar…

La verdad que sí, es como un cuento, fue tal cual. Justo también a mi hermano le decían Pelé y mi mamá viaja con mi hermana chica a verme jugar por primera vez profesionalmente un partido, hago tres goles, la hinchada de Argentinos me empieza a gritar: “¡y ya lo ve y ya lo ve, es el hermano de Pelé!”. Mi madre lloraba, mi mujer lloraba, mi hermana lloraba y nadie sabía por qué. Después me hacen una entrevista y les explico que era porque a mi hermano le decían Pelé.

¿Cómo hacés para seguir jugando concentrado después de algo así?

A veces tenés que abstraerte, concentrarte en el juego y dejar de lado todo eso.

Entonces nace tu primer hijo y te vas para Rumania…

Sí, después nace Mateo, mi primer nene, que está hecho un hombrecito ahora, tiene diez años. Después sale el pase a Rumania al Cluj, en las afueras de Bucarest en frontera con Hungría. Fue la posibilidad de jugar Champions con el campeón de Rumania. Ademas, ganamos la Copa de Rumania.

O sea que fuiste y jugaste de primera…

¡Sí! Incluso fui el pase más caro de la historia en el club, era una responsabilidad bonita.

El llamado a la selección mayor

Un día concentrado me llama Celso (Otero)y me dice que iba a estar citado para un partido con Francia. Me acuerdo que esa noche no pude dormir.

¿Te esperabas el llamado? ¿Cómo fue?

No, no, no. Había terminado un partido, quedamos concentrados en el Hotel, fuimos a cenar en familia. Suena el teléfono y le digo a mi mujer:

(otra vez, va la reproducción de la charla como me la contó Palito)

-Es un número privado ¿quién será?

Atiende ella y me dice:

-Creo que es de la radio…

Me pasa y escucho:

-Soy Celso Otero, vas a estar citado con el partido con Francia.

Quedé en off.

_MG_2212¿Cómo fue esa primera llegada a la selección?

Llegué a Francia y el grupo me trató como: venís y te quedás. Hasta el día de hoy que tengo posibilidad de pisar acá, esta tierra santa como le digo yo al complejo, es sagrado. Tuve la oportunidad de ser parte del proceso y no creo que vuelva a estar en un lugar como este.

¿Cómo es formar parte de este grupo?

Somos un grupo muy unido, hay mucho compañerismo, somos muy amigueros. Siempre le miramos el lado positivo a las cosas más negativas. Pasa por eso, hemos pasado por momentos difíciles, por momentos complicados y tuvimos la oportunidad de salir adelante porque el grupo sabe lo que se juega y la responsabilidad que tiene.

Siempre que vengo al complejo veo a la gente afuera emocionada esperándolos ¿sienten ese peso?

No nos damos cuenta, lo vivimos con naturalidad. Hay que vivirlo así, las estrellas están en el cielo. Nosotros somos bendecidos por poder defender los colores de nuestro país. Cualquier gurí mata por defender esta camiseta. No tiene precio.

Bueno y después de Rumania te vas para El Porto…

Sí, después viene el pase al Porto con el Cebolla y con Fuci y la experiencia en Europa, fue todo mucho más fácil. En tres años nueve títulos fue la consagración máxima de mi carrera. El último año conseguimos todos los títulos y lo coronamos con la Copa América 2011. Después casi dos años en el Inter donde lo grupal no fue tan bien, pero fue una experiencia linda. Un equipo soñado, pero para mí era lo  mismo que estar en Miramar. Tuve la oportunidad de jugar con el Pupi  Zanetti, nos hicimos amigos. Estábamos juntos con el Motita Gargano.

Y de ahí a Brasil…

De ahí me fui a San Pablo, a Brasil y tuve la oportunidad de jugar con Rogério Ceni, Kaka, Fabiano, Pato, Ganso, en ese sentido soy un bendecido del fútbol con grandes jugadores y con grandes personas.

¿Cómo es jugar con esos futbolistas? (atención que Palito se va por las ramas en esta respuesta, pero vale la pena)

Lo vivo con naturalidad, yo soy común y corriente, lo que ven en la tele soy así. A mí me gusta ir a la casa de mi vieja, ponerme las crocs, una musculosa, salir con el termo y el mate. Lo vivo con naturalidad. Yo siempre digo que cuando se apagan las cámaras somos todos iguales.

¿Tu madre sigue en Punta de Rieles?

Sí, imposible sacarla, no intento.

¿Y tu padre?

Se separaron hace años, mi padre tiene su pareja y se mudó para Belvedere. Cada pareja es un mundo, son cosas que suceden, aunque obviamente a los hijos nos gustaría verlos juntos…

Después de San Pablo volvés a Argentina…

En San Pablo como fui a préstamo no podían hacer uso de la opción, ahí paso a Estudiantes. Tuve una experiencia de un año, me fue bien, clasificamos a la Sudamericana, estuvimos a punto de clasificar a Libertadores, peleamos hasta última instancia la Copa Argentina, hicimos una Libertadores digna hasta octavos de final y después cuando empieza el 2016 comienzo con el partido accidentado en Mar del Plata.

Qué lío tremendo ¿no? ¿Cómo arrancó todo? (Palito cuenta esto muy rápido y –como quien no quiere la cosa- sigue de largo en su relato hasta llegar a Cerro Porteño)

Fue una patada que pongo, me echan, el partido se pica. Entra mucha gente del lado de ellos, yo me metí en la cancha, se armó lío. Me sale la oportunidad de ir al Getafe y sale el fallo del partido de la suspensión, me dan ocho fechas, tuve que apelar, cumplí cuatro, me voy al Getafe, volví a Europa al fútbol español con una experiencia nueva. Corrés con desventaja que al estar casi dos meses parados jugué seis partidos y se terminó el campeonato. Tuve que volver a Estudiantes, jugué la Copa América Centenario.

Surgió la oportunidad de Cerro Porteño y ahora estamos con ese desafío. El club es grande y la gente ayuda mucho es muy amable conmigo y con mi familia. Estamos haciendo una Sudamericana buena y ojalá que podamos pasar a la final. Hay mucha ilusión de parte de la gente, es un desafío lindo. Son experiencias que uno va tomando, soy un gitano del fútbol.

“Un gitano del fútbol”

Lucio (su segundo hijo) nació en medio de la Copa América después del partido contra México. Ya tiene cinco añitos. Ahora hay que poner un poco el freno con el tema de la escuela con los nenes que este año ya cambiaron tres veces. Pero la llevamos bien.

¿Cómo lo vive tu mujer?

Ella sabe que yo solo no puedo ir a ningún lado, necesito el sostén de ellos. Ella la lleva bien. Los nenes son los primeros en adaptarse. Y esto da la posibilidad de conocer lugares nuevos, pero no para aferrarse. Está bueno porque es una experiencia de vida para ellos que después a lo mejor lo van a agradecer.

¿Cómo conociste a Cintia?

Nos habíamos visto de chicos, ella es tres años más grande que yo. Después de un partido cumple años el primo de mi señora, me invitan. Estábamos en un barcito tranquilos, hablamos, intercambiamos contactos, nos encontramos una vez, pegamos onda y empezamos a salir. Después de empezar a salir no nos separamos más. Hace diez años que estamos juntos, ocho años de casados. Es una guerrera, una fiera.

La Copa América de 2011

Entraste a jugar el segundo partido con Chile y no te sacaron más…

Con Perú el primer partido en San Juan no me toca jugar, con Chile entro, hago el gol, empatamos y teníamos que ganarle a México, ganamos con mi gol y justo soy papá. Después no nos paró nadie. Veníamos de haber salido cuartos en Sudáfrica. Salir campeón de América con mi país fue lo mejor que me tocó vivir.

Tenés goles en Mundiales, en Copa América, en Eliminatorias ¿qué se siente en el momento de convertir para Uruguay?

Es inexplicable, se te pasan mil cosas por la cabeza. Tenés que aguantarte las lágrimas, sos hincha, es algo pasional pero tenés que bajar enseguida porque hay que tomar decisiones rápidas en la cancha. Cada vez que aparece mi nombre en una convocatoria soy el hombre más feliz del mundo, se me pone la piel de gallina antes de viajar. Las sensaciones son las mismas desde la primera citación.

La patada de Sterling en aquel Uruguay-Inglaterra

¿Te acordás cómo fue?

Yo me di cuenta después por las imágenes, en el momento me acuerdo que me tocaban el pecho, yo pensé que era Godín y me despierto y veo que es el de FIFA. Veo trotando a Fuci que lo habían llamado, yo empecé a gritar como un loco, no quería salir, cuando me dijeron que probara para trotar yo me metí para adentro de la cancha. Yo dije: no salgo ni en pedo. Estaba jugando un Mundial para mi país. Soy muy arraigado y soy fiel al compromiso con mis compañeros. No quería dejar a mis compañeros solos. Fue una inconsciencia mía, pero yo no me di cuenta. Yo pierdo el conocimiento y cuando me despierto me mando para adentro.

¿Y después cuando viste el video?

Cuando vuelvo a entrenar con San Pablo me mandan el video y se me empezaron a caer las lágrimas, miraba para los costados para que no me viera nadie. Hasta el día de hoy en Paraguay me dicen: vi tu video. Gastón Reyno me dijo que cada vez que tiene una pelea se pone ese video. Yo le digo: Tonga, mirá que lo hice inconsciente. Es la rebeldía del deportista que te lleva a eso, después de tanto luchar y de tanto sacrificio no podés dejarlo pasar. Por suerte terminó con final feliz y ganamos.

¿Y tu frase “Plata o plomo”? ¿Sos fanático de El patrón del mal?

Soy fanático de la serie, de la historia. Yo sé separar pero en el momento lo dije porque era una jugada extrema. Si él se la llevaba podía haber sido penal o quedaba mano a mano con Fernando. En el momento Pastorino me pregunta y yo sabía que es fanático de la serie, entonces le dije: era plata o plomo, se viralizó y hasta me hicieron remeras. Pero fue sin ofender, sé la historia, sé todo lo que sufrió el pueblo colombiano pero fue más que nada por eso. Tomándolo con gracia por la situación de la jugada.

Los jugadores de la selección uruguaya de fútbol llegan al aeropuerto de Santiago para enfrentarse mañana a la seleccion de Chile. 14/11/2016 Sergio Piña/Photosport/Focouy The players of the Uruguayan soccer team arrive at the airport of Santiago to face tomorrow the selection of Chile. 14/11/2016 Sergio Piña/Photosport
Foto: Sergio Piña/Photosport

El tiempo libre fuera del fútbol

Últimamente estamos con mi señora mirando muchos programas de chef. Vemos algunas pelis, a la noche soy muy peliculero. También me gusta la NBA. Y cuando me agarran mis nenes me agarran para el play station que soy de madera. Salimos a comer o vamos a la plaza a tomar mate. Ahora tengo dos perritos bulldog francés. Uno se llama Saja porque el más chiquito es golero y era hincha de Racing y al otro le puso Götze.

¿A quién se parecen tus hijos?

El grande es más parecido a mí y el más chiquito es una mezcla, yo lo veo parecido al abuelo materno. Están en una edad divina, me río mucho con ellos. Quieren hacer todos los deportes, son hiperactivos y amigueros.

Dicen que sos un intelectual…

Me gusta mucho la historia de los países, las revoluciones, las dictaduras, el genocidio Nazi. Me gustan mucho las películas documentales. Me encanta la historia de Uruguay en la época difícil, sigo mucho la actualidad latinoamericana, soy un enfermo de la información. Cuando agarro un diario no miro solo deportes.

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Palito Pereira miró para afuera del complejo durante toda la entrevista, no recuerdo que me haya mirado a los ojos ni una vez. Se aprieta las manos como nervioso mientras habla y sus alhajas suenan. Su voz es muy suave y habla pausado. Y tiene los dientes más blancos y perfectos que vi en mi vida.

A los 40 minutos exactos apago el grabador y me despido. Pero antes le pido que me muestre sus brazos. Tiene estrellas tatuadas con el nombre de sus hijos y fechas importantes. Se las hizo todas el mismo día y le dolió tanto que dice que no va a tatuarse nunca más.

 

por @carlaUG


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