Perú atraviesa un caos político tras la decisión del expresidente Pedro Castillo de disolver el Congreso e instaurar “un gobierno de excepción”. Su anuncio fue cuestionado y calificado como “golpe de estado” por los propios funcionarios del Estado, y rechazado incluso por la Policía y las Fuerzas Armadas. El Congreso votó una moción de vacancia contra Castillo que, finalmente, terminó en su destitución del cargo. El mandatario fue detenido por la Policía y enviado al penal de Barbadillo, el mismo donde está recluido otro expresidente –quien también cerró el Congreso–, Alberto Fujimori.
La bomba vino con el lavajato. Perú es el principal país afectado por el lava jato.
Trato de identificar el puto de partida. Si no hubiese habido lavajato no hubiésemos sabido la verdad.
Nadie se imaginaba que se le iba a ocurrir a Castillo que iba a hacer lo que hizo.
Es el periodismo que comienza a investigar actos de corrupción en el gobierno y comienza a descubrir una serie de pequeñas mafias, en PetroPerú, en el Ministerio de Vivienda, de Transporte, en localidades, obras y recibiendo coimas.
Esas cosas van corrompiendo el gobierno de Castillo.
Castillo tuvo una confusión mental pensando que tenía apoyo popular, que la población lo iba a respaldar porque el rechazo al Congreso podía ser mayoría que el rechazo al presidente, eso pasa en muchos países.
La polarización política existe en Perú. Castillo viene con un programa de gobierno de un partido bastante radical, con cambio de constitución, haciendo referéndum.
Esos índices de corrupción lo van cuestionando, por supuesto, también los nombramientos no idóneos de ministros y la incorporación de funcionarios de rangos medios en distintos ministerios que le quitan un buen manejo.
Este tiempo hemos tenido mejores logros de Castillo.
Es un hombre que vivía en realidades paralelas, tenía visiones totalmente distorsionadas.
La figura de Castillo
El hizo su nombre como sindicalista en una huelga magiesterial.
De alguna forma se puso a la luz pública. Él lidero de alguna forma y eso le dio imagen, ahí dejo de ser una incógnita. Pero el hecho de las elecciones es que van justamente con el bajo porcentaje, hay dos personas: un antisistema como castillo y Keiko Fujimori, la hija de un presidente que es todavÍa super criticado. Entonces es una elección con referencias totalmente negativas.
¿Cómo es evaluada Dina Boularte?
Ella está cumpliendo en el Ministerio de Desarrollo Social, que es como el MIDES de acá.
Tiene una visibilidad media para abajo.
No ha estado muy comprometida en el debate político, entonces no está contaminada por los actos de Castillo.
En la última configuración de gabinete ella reuncia.
Está iniciando el camino y depende mucho de ella. Tiene que dialogar con las fuerzas políticas, conformar un gabinete mejor y tener un gobierno que demuestre que está avanzando y cumpliendo con lo que la población desea.
El discurso de asunción de Dina dice que ella va a terminar el período, que va a gobernar hasta el 2026. Pero ves manifestaciones en distintas provincias y muchos piden elecciones anticipadas, incluso figuras políticas y otras personas con influencia de opinión.
Esto comienza con una micro corrupción, la revolución es un síntoma.
Hay elementos estructurales que explican la corrupción, hay que trabajar en varios frentes. Hay que luchas contra las mafias, y eso es lo que propone la presidenta.
