Defensa del policía del caso de la panadera: "Ella les dijo 'milicos de mierda, dejen de mirar culos y trabajen'"

“Ellos venían a velocidad de patrullaje porque estaban buscando a una persona”, explicaron los abogados.

Los abogados del policía que detuvo a la empleada de una panadería de Pocitos (Sofía Palacios), luego de que protagonizaran un incidente en la calle, ofrecen otra versión sobre lo sucedido. Hablamos con Sergio Vallés y Alejandro Mateu.

Fuimos consultados por el protagonista de estos hechos y estamos asesorándolo. Su versión es completamente diferente. El video solo capta una parte de los hechos: comienza cuando ya está el entredicho.

Lo que no está en el video es parte sustancial de todo esto. Sobre las dos de la tarde, este patrullero recibe un llamado desde la zona de Pocitos, de que tenía que presentarse en la esquina de Pagola y Chucarro, porque había una persona buscada. Él venía lento, a velocidad de patrullaje, porque estaban intentando divisar a la persona. Cuando llegan a esa intersección, escuchan un grito, que era de Sofía Palacios.

Ella dijo: ‘Milicos mierda, paran donde quieren, son unos atrevidos, casi me chocan, déjense de mirar culos y hagan su trabajo, manga de cornudos’. Están acostumbrados a escuchar este tipo de improperios.

Ellos siguen su camino porque tenían que encontrar a esta persona que estaban buscando. Cuando lo encuentran, vuelven al punto indicado, que es la esquina de la panadería. A las 14:11 logran identificar a la persona, que estaba en la puerta de la panadería. Detienen el móvil, se bajan, le piden el documento. Resulta que la persona estaba con una botella, esperando para entrar a la panadería para hacer una compra. La persona dijo que no estaba haciendo nada, que solo estaba comprando. Esa persona tenía prontuario, pero no tenía requisitoria.

Ahí ven que adentro de la panadería estaba la chica que los había insultado. No la abordan directamente. Ella ha dado diferentes versiones en los medios. Preguntaron por el dueño o un encargado, y ahí les dicen que no estaba. Cuando ellos piden los datos de ella, ella se da vuelta y comienza a insultar otra vez. ‘A mí no me rompan los huevos, yo no me rasco como ustedes’, dijo ella. El dueño hizo la denuncia, pero él no estaba ahí.

También hay testigos que dicen que la muchacha lo insultó de arriba abajo. Estaba en riesgo la integridad física de la chica, porque había una turba de personas enojadas con un policía.

El protocolo se cumplió. Ella incurrió en un delito de desacato, que comenzó la ofensa a una autoridad policial. El policía solo quería tomarle los datos e irse. A él no se lo escuchó antes de sacar el comunicado.


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