El 15 de marzo se estrenará en Uruguay “La bella durmiente” y significará el debut del vasco Igor Yebra al frente del Ballet Nacional del Sodre.
La palabra de Igor Yebra:
Llegué el lunes a las 09:00 de la mañana, a las 10:00 estaba en el teatro con mis dos maletas y me fui hasta las seis de la tarde. No concibo a la danza como un trabajo si no como una manera de vivir y una vocación, me divierte lo que hago. Yo a Julio (Bocca) lo conozco desde hace muchísimos años, en un momento me llamó, me planteó qué me parecía ocuparme de la compañía y lo que le dije fue lo mismo que hace dos años cuando quiso dejarlo, intenté convencerlo por todos los medios.
Esto ha sido confirmar lo que ya había visto cuando estuve trabajando hace cinco años, es gente que tiene muchas ganas de trabajar y de aprender. En la sala de baile no hay problemas, la gente tiene mucha ilusión por seguir con estos retos y por seguir en la misma línea de trabajo. Julio consiguió las cosas porque es un trabajador increíble y un gran profesional y porque detrás tuvo apoyo de instituciones y un dinero y un apoyo social. Yo llego aquí ante un reto muy grande, porque es más fácil hacerlo mal que continuar haciéndolo bien.
Lo que más me preocupa es solucionar ese tipo de problemas internos. Indudablemente se ponen exigencias pero eso vamos a ir viéndolo. Ha habido muchas tensiones y muchas palabras que no se tendrían que haber pronunciado y ahora es un momento de ponerse a trabajar y de quien tenga que hacer cosas que las haga. Yo no puedo arreglar los problemas que hay, tienen que arreglarlos otras personas. Lo que no podemos dejar es que esos problemas tumben lo que se ha conseguido.
En Bilbao tengo una escuela de ballet desde hace doce años, para mí los niños son fundamentales. Es el público del futuro o los bailarines del futuro. Vivimos en una época en la que la tecnología nos puede acabar superando. Me da miedo que si la cultura queda de lado, acabemos todos vestidos iguales o haciendo las mismas cosas. La cultura puede evitar eso y por eso hay que inculcarle a los niños la cultura. Y esa es una responsabilidad de los mayores.
(A propósito de María Noel Ricceto) El premio que ganó es como el Premio Óscar de la danza. Eso es increíble y tenerlo en casa es maravilloso. Tiene el peso que ella se ha ganado.
Todos tienen que ir a ver "La Bella durmiente" con el vestuario de Ágatha Ruiz de la Prada, que es todo color. Hay que animar a que vengan las familias con los niños. La coreografía en sí es de Mario Galizzi, no se traiciona eso.