¿Jineteadas sí o jineteadas no?: la visión de las protectoras de animales y de un jinete multipremiado

La muerte de un caballo en la Criolla del Prado reabrió el debate sobre las jineteadas: "La reflexión es muy importante y el debate también".

La muerte de un caballo esta semana en la Criolla del Prado reabrió la discusión sobre las jineteadas. La Intendencia de Montevideo resolvió seguir con las actividades, pero convocó a una reflexión pública sobre el tema.

Para hablar sobre este tema, recibimos en estudios a Rita Rodríguez, vocera de la Coordinadora para la Abolición de las Jineteadas en Uruguay. Además, desde el móvil, hablamos con Emilio “Coronilla” Errázquin, uno de los jinetes más ganadores de los últimos tiempos.

Rita Rodríguez

La coordinadora está funcionando desde hace un año. Desde 2016 empezamos a tomar estas medidas. Buscamos que se dejen de financiar las jineteadas como espectáculos con fondos públicos.

Lamentablemente, no hubo mucha respuesta a nuestra petición de debate hasta que sucedió el lamentable hecho. Tres testigos coinciden en que el caballo habría fallecido el mismo lunes y en el ruedo, a partir de un golpe muy fuerte que tuvo, a raíz de una jineteada que se hizo en horario nocturno.

Había humanos alrededor de un animal que estaba atado y siendo golpeado. Esa clase de dominio que se pretende tener sobre el caballo… eso es lo que pretendemos decir que no es normal.

Que el caballo no sufre es imposible de mantener: el golpear a alguien no puede estar avalado y no puede ser disfrutable como sociedad. Cuando digo alguien hago una diferenciación entre algo, que es un objeto inanimado, y un ser vivo que puede sentir dolor y placer. En ese sentido, un animal es un alguien.

Lamentamos que no se haya abierto la instancia de diálogo antes de la muerte del caballo. Se dice que es algo que no pasa muy seguido, que es algo normal o que suele suceder en este tipo de actividades. Nos interesaría saber cuál es la razón para que la Intendencia continúe esta semana sin llamar a un diálogo.

Emilio “Coronilla” Errázquin

El caballo de criolla debe ser uno de los caballos que menos sufre, porque quizás el caballo que está de andar en una estancia está todo el año cumpliendo las ocho horas que cumple el paisano para cobrar su sueldo.

El caballo de criolla recibe cuidados: viene acá y después no va a otra fiesta. Come su mejor ración. Todo tropillero quiere llegar al Prado: cuando viene acá, después no vuelve a ir a otra fiesta.

En Maroñas, un caballo está encerrado entre cuatro paredes, como quien dice… está preso. Tiene varios segundos en los que le pegan con una fusta.

¿Qué pasa con los carritos que andan en Montevideo? No tengo nada en contra de ellos, pero ves caballos re quemados en el pecho: el estado de ese caballo no me lo pueden comparar con un caballo de criolla.

Lo que pasó con la muerte del caballo fue una fatalidad. El caballo salió demasiado malo: cae y pega la cabeza contra el suelo. Pero el caballo no murió ahí. Fui uno de los que salí en el camión con el caballo: murió al otro día.

Me retiro porque fui un jinete tocado por una varita mágica: tuve la suerte de ganar varios premios buenos. Todo lo que tengo fue gracias a las criollas. Salí cinco años campeón. Mi carrera ya está cumplida.

Rita Rodríguez

Cuando empezó el móvil, él dijo que el caballo no sufre tanto, que no es lo mismo que decir que el caballo no sufre.

Estamos conscientes del maltrato que existe hacia los animales en otras actividades, como los carritos de caballos.

En lo que más insistimos en que esto es un espectáculo: eso no puede seguir así. Debemos repensar cuáles son los campos que abrimos para que se trabaje.

La reflexión es muy importante y el debate también. La criolla implica muchas más cosas que las jineteadas. Estamos a favor de que la Criolla del Prado continúe, pero sin el espectáculo: cambiar no implica una erradicación de ese vínculo campo-ciudad.

Estamos asociando al hombre de campo a esta tradición de maltrato y violencia, cuando sabemos que el hombre de campo tiene realmente un vínculo profundo con los animales. La unión campo-ciudad tiene que ser real.


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