A 43 años del golpe de Estado: una crisis "que nos debería hacer pensar en la polarización y radicalización de la sociedad uruguaya"

El historiador Aldo Marchesi reflexionó sobre los hechos que llevaron a la pérdida de la democracia uruguaya y las oportunidades de archivos para reconstruir sus relatos.

Este sábado se conmemora un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1973. Ese día el presidente Juan María Bordaberry disolvió las cámaras del Parlamento y la dictadura militar quedaría instalada hasta la apertura democrática, en 1985. Según una investigación de la demógrafa Mariana Paredes, este es el evento histórico que más marcó a los uruguayos, por delante del atentado a las Torres Gemelas en 2001 y la crisis del 2002. ¿Cómo se estudia la dictadura hoy y qué análisis hacen ahora los historiadores de lo que ocurrió, a 47 años del golpe de Estado?

En términos sociales, culturales y políticos tiene que ver con la memoria. Creo que es un hecho extremadamente significativo en la segunda mitad del siglo XX. Hubo varias generaciones tocadas por ese aspecto. Fue un cambio de régimen radical y alteró la vida de los uruguayos. La relación del Estado con sus ciudadanos, pero también la educación y lo que era moralmente admitido. Uruguay tuvo el índice mayor de presos políticos en América del Sur. Se prohibió una forma de pensar en la educación. Por último en términos sociales, uno de los pocos balances que no se habla. En 1986 cuando se empiezan a sistematizar los datos de pobreza, alrededor de 60 % de la población vivía bajo la línea de pobreza. Eso es otro de los legados. Una de las medidas de levante de los políticos muchas veces reduce lo que fue la dictadura.

El Uruguay vive una larga crisis que va desde fines de los ’50 hasta la dictadura. Esa es la crisis que nos debería hacer pensar en la polarización y radicalización de la sociedad uruguaya. No hablo solo de la radicalización por izquierda. El autoritarismo en parte es una respuesta a eso. No es que la gente sea mala y abandone la democracia, es que no encontraban soluciones en ella. Tiene que ver con los jóvenes que no ven viabilidad en el futuro. Esa crisis hace pensar por qué hubo mucha movilidad social en los ’60.

En la misma semana que se da un intento de golpe en Chile y el hecho de Ezeiza en Argentina. Había un contexto internacional que ayudó.

Febrero amargo

Está el proceso de llegada del autoritarismo. Hay un concepto que es la llegada democrática del autoritarismo. En 1972 el Ejército había avanzado en la investigación de políticos por corrupción. En algunos casos junto con el MLN. Había una crisis enorme en el sistema político.

Relatos

Todos los actores políticos intentan ajustar el relato según su conveniencia. La historia de la educación en el pasado reciente es larga. Desde la administración de Sanguinetti en 1985 se incluyeron en los manuales. En los gobiernos del FA se discutió cómo incorporarlo en los cursos. Hay dos temas ahí: estamos hablando de una historia que no es muy reciente. Lo otro es que, en términos educativos, se trata de habilitar un debate informado de los asuntos. Es lo que le da sentido a la historia pero acción al presente.

Archivos y documentos

Ha habido una inmensidad de trabajos sobre el periodo. Es enorme lo que se ha escrito desde los ’80. Hay muchos espacios de reflexión. Hay una cuestión que es la memoria de los vivos, la historia oral a veces hace ruido para algunos.

Los archivos han sido algo bastante complejo. En el periodo del FA se abrieron espacios para investigar. Hay muchos lugares del Estado que habría material de utilidad para pensar, como el lugar de la educación en la dictadura.

En todos los partidos hay cierto prurito sobre cómo manejar la información del periodo.


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