Álvaro Galiana: “Hay millones de niños de cinco a 11 años con dosis de Pfizer controlados, bajo la lupa, y no ha pasado nada”

El pediatra e infectólogo habló sobre la infección por coronavirus entre los niños, el impacto de la variante Ómicron y cómo afecta a los más pequeños. También conversó sobre el estado de la pandemia en Uruguay y explicó por qué es importante vacunar a niños menores de 12 años y el efecto de las vacunas en niños y adolescentes.

El estado de la pandemia en Uruguay

Hubo cambios sustanciales. Cambios en la cepa que está predominando ahora. Ha quedado claro que se ha orientado en la población no vacunada. En noviembre y diciembre del año pasado era el centro principal de diseminación de esta cepa y enfermedad. Si bien los niños no tienen una enfermedad severa, tienen la enfermedad. No son dos estornudos y se acabó el problema. Transitan varios días con fiebre, diarrea, vómitos, no es tan inocente. Todo está contra qué comparamos. Si comparamos con un paciente ventilado, que necesita altas dosis de medicación y que no se recupera es otra cosa, pero si comparamos con un resfriado es más que un resfriado. Son tres  tres, cuatro, cinco días de enfermedad infecciosa. No es una enfermedad banal. Niños, adolescentes y adultos con tres dosis tienen esta enfermedad sintomática, están cinco días en sus casas. Bajemos esa benevolencia de la variante Ómicron. .

La tercer dosis no es solamente un refuerzo, es una actualización de anticuerpos. Quienes hayan recibido dos dosis de Sinovac hace meses y no hayan recibido la tercera de Pfizer se encuentran en una mala situación. La persona con dos dosis de Sinovac está vacunado, pero no con los niveles adecuados de anticuerpos.

Pfizer es la única que genera anticuerpos de mayor calidad y de mayor duración. Ninguna genera problemas de seguridad y toxicidad. La vacuna que ha predominado ha sido siempre la Pfizer.

Los cientos de millones de personas que han recibido la dosis y han estado bajo la lupa de observación, al día de hoy tenemos millones de niños con dosis de Pfizer controlados bajo la lupa y no ha pasado nada.

Lo que se ha visto en adolescentes con problemas cardíacos no ha existido en el grupo etario de 5 a 11 años. Se han visto ese efecto adverso vinculado a la vacuna a edades más de adolescentes. Lo que se ha visto es que la población vacunada con Pfizer prácticamente no han tenido síndrome inflamatorio poscovid.

Yendo a la vida cotidiana, es que empiecen las clases en marzo y volvamos a la virtualidad porque ha demostrado ser dañino para los chiquilines. Tenemos una vacuna buena, no genera problemas, evita una infección de cuatro o cinco días, evito focos a nivel familiar ya que los chicos diseminan.

Rocha y Maldonado están prendidos fuegos con respecto a covid porque los adolescentes se transmiten y luego lo trasladan hacia sus familias que pueden tener comorbilidades. Para detener la progresión realmente preocupante que estamos viviendo con esta enfermedad la herramienta que hay es volver a mantener y respetar el tapabocas. El tapaboca quirúrgico. El tapaboca de tela no funciona con ninguna cepa. Se subestima y se banaliza la enfermedad.

Por suerte, teniendo los miles de casos que tenemos en actividad y seis mil y pico por día, tenemos 43 casos en el CTI, hace 20 días teníamos 10. Desde el punto de vista del sistema de cuidados intensivos andamos mucho mejor que antes, por suerte, pero estamos viviendo otros problemas que se generan en el área de salud. Lograr que personal trabaje en una guardia es dificilísimo. Lograr que la gente entienda que en este momento en Maldonado y Rocha la gente está descerebrada por hacerse el test, bajemos un poco la exigencia. No es que si me hago el test me curo. El test tiene una finalidad diagnóstica y saber cuántos casos tenemos. No digo que no haya que hacerlo, pero bajemos la presión, todo el mundo descerebrado para hacérselo.

Vacunación obligatoria

Es un tema difícil. Un tema que no hemos logrado que sea obligatorio en el personal de salud, será imposible hacerlo para la población en general. Será muy discutible. Me parece que somos los suficientemente maduros e inteligentes para llegar a la conclusión de que es mejor para la comunidad.

Como pediatra no quiero que los niños pasen la enfermedad. Es un virus nuevo, le tengo más miedo a la eventualidad posterior a la enfermedad, que a la eventualidad posterior a la vacunación. La vacuna ha demostrado ser muy buena en cuanto a la capacidad de anticuerpos.

Cuarta dosis

Hay que ir viendo cómo transcurre. Se dijo y se sabe que así como asciende bruscamente, estas olas descienden bruscamente. No hay que adelantarse ni por sí ni por no. Pensar si es cuarta dosis de la que estamos usando o cuarta dosis totalmente nueva contra todas estas cepas. Se está trabajando. Eso hay que verlo con el paso del tiempo. No me gusta adelantarme porque no se sabe qué pasará en el futuro.  Hay que adecuarse porque hay que seguir viviendo. Los niños tienen que seguir yendo a la escuela, sabemos los daños vinculados a la permanencia de los niños en sus casas han sido grandes. También queremos parar la diseminación grosera que hay en estos momentos en el país.

Cuando el MSP empiezan a disminuir los números de días posterior de personas vacunados es un primer paso hacia la estandarización y de que vamos a vivir con el virus. La persona asintomática tiene que quedarse en su casa y si han recibido tres dosis de vacunas las probabilidades de contagiar es más baja. Persona vacunada, una vez que no tiene síntomas deje pasar cinco días y luego arrancar con tapabocas. Hay que seguir cuidándonos en el contexto normal, es decir, no ir a una aglomeración cuando estoy saliendo de un cuadro así.

Las aglomeraciones de los adolescentes en La Pedrera y La Paloma no están controladas. Hay que tener presente y estar atento a las aglomeraciones. Tenemos que tratar de parar esta progresión. Apelar al aislamiento, al tapaboca y apelar a que los chiquilines traten de evitar las aglomeraciones.

Acompañantes de pacientes

Los acompañantes de pacientes son muchas veces los que traen la infección, no son necesariamente los pacientes. El test vital que hay que seguir haciendo es la del paciente que ingresa a un hospital. El problema está en que el trae el bicho es el familiar. Las obligatoriedades no me gustan mucho, pero entiendo que es razonable.

La idea central es disminuir el riesgo de infección.

Pasar un paso más hacia la estandarización de que vamos a convivir con el virus. Vacunar a la población, disminuir plazos de aislamiento, uso del tapabocas. El mundo entero está cansado de hacer test por cualquier mínimo síntoma. Bajemos la ansiedad de la exigencia del hisopado que no nos va cambiar. Sepamos que el tratamiento sintomático es reposo, líquido, controles de temperatura, control de la encifalea, saber que va pasar en tres días y esperar. Si se puede hacer el test se hace y si no se hace no pasa nada. Se puede tratar con paracetamol, ibuprofeno, reposo, control de temperatura, mucho líquido y control de la parte digestiva que a veces se asocia con vómitas y esperar que circule como todas las virosis.

Tratar de que entiendan las grandes aglomeraciones son un problema. Uno ve las fotos en las playas de La Paloma y uno no puede ni caminar. Mantengamos las distancias. También el uso de tapabocas.

Fase endémica

Siempre las epidemias terminan en endemia y se instalan, así como la epidemia de influenza en el 1900, después irá descendiendo y se irá instalando. Eso hemos vivido con otros agentes virales con infecciones respiratorias. Hasta ahora lo que hemos visto es que parece que estamos mejorando, pero aparecen nuevas variantes, así lo hemos vivido prácticamente durante dos años. Es un virus que muta. No sé qué va pasar y si habrá nuevas variantes, ojalá entre en una situación de endemia y podamos vivir una vida más normal.


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