Ana Balsa: "La inversión en primera infancia es una inversión en tiempo y en la calidad"

El Instituto de Estudios Empresariales de la Universidad de Montevideo está desarrollando desde 2016 un proyecto de economía del comportamiento. Conversamos con la economista especializada en salud e Investigadora del IEEEM para conocer más detalles sobre este trabajo y cómo lo aplicaron en el contexto de la pandemia por coronavirus.

Mucho se ha hablado desde la llegada de la pandemia de la población de riesgo, de la importancia de salir lo menos posible, de intentar quedarse en casa. Las primeras investigaciones sobre coronavirus demostraron que el impacto sanitario sobre los niños no es tan grave como se pensaba, aunque sí terminó afectándolos la escasa presencialidad en las escuelas. Desde distintos ámbitos se reclama que aumente la asistencia a clases y advierten que el impacto que este año lectivo tuvo sobre ellos podría llegar a ser irreversible.

Economía del comportamiento

Incorporamos lo que es la economía del comportamiento para entender que los agentes a veces tomamos decisiones que son “a dedo” y no son la más óptima y tratamos de estudiar cómo a veces elegimos ese tipo de acciones. En el tema de inversión en primera infancia el sesgo por el presente es inmediato entonces cómo tratar de llegar a la familia para hacerle entender que la inversión vale la pena.

Es un proyecto en el que le mandamos mensajes de texto tres veces a la semana y por seis meses. Vamos cambiando los temas cada dos semanas. Otros temas pueden ser vinculados con el autocuidado. El primer mensaje siempre informa sobre el beneficio del niño, el segundo mensaje invita a actuar y el tercer mensaje es un mensaje motivacional que intenta atacar las identidades negativas que pueden tener los padres y que pueden ser pasadas a los hijos. Estas intervenciones las largamos por el covid, pero ya teníamos una hecha en 2018 con efectos muy positivos.

Es inversión en tiempo y en la calidad. Encontramos que nuestras intervenciones mejoran a calidad del involucramiento, no solo en el tiempo. Generar mensajes de estimulación positiva y recordarles a los padres que ellos tienen fortalezas eso solo cambió el comportamiento parental.

Se da más allá de la pandemia, pero la pandemia tiene un estrés mucho más alto y nos hace comportarnos distinto como nos gustaría comportarnos. Hay estudios que dicen que en familias de nivel socioeconómico bajo se les habla muchísimo menos a los niños. También hay un tema de conocimiento. Capaz a veces los padres no saben qué cosas ayudan a estimular el desarrollo conjuntivo. Ayudamos a entender a las familias tengan más presente que es súper importante esta inversión en calidad y cantidad.

Hicimos esta intervención en 2018 y encontramos que las familias que reciben los mensajes aumentan el involucramiento con sus hijos, aumentan la frecuencia en la que juegan y se comprometen con sus hijos. Además, encontramos efectos positivos en la calidad de la atención.

Impacto de la pandemia

Partíamos de que el encierro y el teletrabajo y los cuidados o en casos de pérdida de trabajo iban a generar un movimiento en la familia y problema socioemocionales. Esto en Uruguay obviamente fue en menos nivel que en otros países.

Invertir en primera infancia es clave. Lo que se muestra es que invertir en primera infancia genera un retorno alto. Sí se puede recuperar, pero necesita una inversión muchísimo más alta. Comparado con América latina invertimos más, aunque tenemos demanda que no se está cumpliendo. En cuanto a la calidad del gasto sí es clave aumentar la calidad para aumentar el gasto. Lo que más queremos es gastar de manera eficiente para hacer la evaluación.


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