Beatriz Mendoza: "La vitamina D hace que el organismo se defienda frente a la presencia del virus"

La vitamina D se ha convertido en estos días en un centro de investigación por parte de varios estudios científicos. Su presencia o carencia se analiza en una serie de informes que aparecieron en cadena en al menos tres de los más importantes medios científicos del mundo, todos ellos, advirtiendo el valor y consecuencias de portarla o no en los pacientes. Conversamos con la profesora de endocrinología y metabolismo para saber cuál es esta relación y cómo se desarrolla.

Un equipo liderado por el especialista José Hernández del Departamento de Medicina Interna de la Universidad de Cantabria en Santander, España acaba de publicar un nuevo documento que revela que hay varias líneas de evidencia que podrían respaldar el papel vital en la dimensión de la presencia de la vitamina D en los sujetos que experimentan una infección por SARS-CoV-2. En primer lugar, la deficiencia de vitamina D es una afección común en todo el mundo, y los niveles séricos siguen un patrón estacional y geográfico bien conocido.

Cómo se compone la vitamina D

La vitamina d es una hormona que se forma a nivel de la piel y luego se desplaza a otros organismos para realizar sus acciones. Existen receptores para la vitamina D en todo el organismo. Es liberada en la piel y va a los órganos a un receptor que se encuentra en la mayoría de los órganos.

Tiene beneficios sobre el metabolismo de los huesos y ahora se descubrieron las acciones extra óseas como el aumento de la inmunidad o en la prevención del cáncer. Está relacionado con el aumento de la inmunidad innata y adquirida.

Vínculo con el coronavirus

Los números en Uruguay muestran que la deficiencia de vitamina D también está acá en Uruguay. El 75 % de mujeres posmenopáusicas tienen deficiencia de vitamina D y los varones también lo tienen. Hasta el 89 % de la población joven también mostró la deficiencia de vitamina D.

Los organismos internacionales recomiendan una cantidad x según la edad. Los niños son suplementados porque es necesario. Los adultos se complementan cuando se encuentra el déficit.

Nuestro aparato genómico está preparado para una conversión de vitamina con todo el cuerpo expuesto. Las personas no consumen la cantidad de vitamina D que no es suficiente.

Demostramos que la cantidad de vitamina d que se consume por los alimentos es mucho menor que lo que se requiere, por lo que el consumo con el sol tampoco alcanza. La dieta ni el sol proporciona la cantidad necesaria por lo que hay que recurrir a los suplementos farmacológicos.

En Europa existe la fortificación por alimentos. La deficiencia de vitamina d tiene vínculo con la latitud y la temperatura del año. Hay que recurrir a la fortificación de los alimentos que es un tema por ley en Europa o a la incorporación de suplementos farmacológicos.

Ya se había escrito que las personas que tienen más cantidad de vitamina D son menos propensas a tener infecciones. Si previene o no el coronavirus es difícil de establecer. La vitamina hace que el organismo se defienda frente a la presencia del virus y que se convierta en una barrera para el virus.


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