Conflictividad laboral: "Seguramente 2022 sea un año donde verdaderamente aumente"

En el 2021 la conflictividad laboral aumentó un 20,6% respecto al año pasado. Este dato se desprende del último informe de conflictividad laboral, elaborado por la Universidad Católica y presentado esta semana. El texto asegura que este resultado era “previsible”, teniendo en cuenta que en 2020 se dio una suspensión generalizada de actividades a raíz de la pandemia.

De hecho, según Eloísa González, directora del Departamento de Estudios Organizacionales de la Universidad Católica, y en comparación con años anteriores, el índice de conflictividad laboral se ubicó en niveles intermedios hasta noviembre de este año.

¿Qué mide la conflictividad laboral?

Si uno mira solo el numero no dice mucho. Desde el año 95, medimos la conflictividad laboral, y lo que mide concretamente son las jornadas que se pierden de trabajo por un conflicto; por un paro o por una huelga. No incluye otras medidas que no involucren paros. Hay conflictividad por otros temas, pero el índice no las incluye.

Estadísticamente es un numero, que viene con respaldo de la Organización Internacional del Trabajo. En definitiva, es un tasa que se puede comparar en el tiempo. Otra cosa que es importante, es que es un estudio académico, de investigación, por lo que tiene un respaldo teórico conceptual. Desde ese lugar, miramos la conflictividad laboral desde las relaciones laborales. Estas son relaciones entre personas que están negociando, buscando mejores condiciones de trabajo, mejores salarios. Son personas de la sociedad, actores empresariales, sindicales que están intentando buscar soluciones a problemas reales. Conceptualmente, nosotros miramos que esto pasa en distintos contextos: económico, social, político. Cada actor tiene su ideología, se mueve en un escenario que va modificando, por ejemplo, pre o post pandemia.

El aumento del 20,6% y el impacto de la pandemia

Ese 20,6% significa que aumentó en relación al año pasado. Pero el año pasado fue un año atípico, porque hubo una emergencia sanitaria mundial. En Uruguay, tuvimos dos mitades del año muy distintas. En el primer semestre tuvimos la parte mas dura de la emergencia sanitaria, pero en el segundo semestre del 2021 empezamos a repuntar. Desde setiembre decimos que el índice va en ascenso. La gente vuelve a la presencialidad, vuelve a sus trabajos, los trabajadores comienzan a entender que existe más margen para sus demandas y defender sus derechos. Empiezan a mejorar algunos sectores y empiezan a haber medidas, mas paros, y eso hace que hoy nos coloquemos en un 20,6%. Es una conflictividad intermedia, no es alta, pero que va en ascenso. Es probable que en diciembre continúe en ascenso porque ya ha habido un conjunto de paros que no están contabilizados en ese número.

Sin embargo, es importante ver que depende de la calidad del conflicto; qué repercusiones tiene en la sociedad y cómo lo vemos nosotros. Cómo lo vemos en la prensa, qué impactos económicos tiene. Un conflicto es bien diferente a otro y genera diferentes sensaciones. Por eso lo que se ha discutido en los últimos días de la sensación térmica altísima de la conflictividad versus lo que nos da el índice. Este índice tiene la particularidad de medir solo los paros y la cantidad de gente que se adhiere a los paros.

Todo el año (se mide este índice, pero este año se tomó hasta noviembre). De hecho, como se calcula desde 1995 lo que hacemos es calcular tendencias naturales que suceden, por ejemplo, es decir, situaciones sociales que sabemos que disparan el índice. Por ejemplo, todos los segundos años de gobierno. En los segundos años de gobierno ha habido mas conflictividad que ahora. En 2016, por ejemplo, se disparó más que en este momento.

En la ronda de salarios veníamos de una ronda de negociación puente, con pérdida de salario real. Esperábamos que en la ronda quizá aumentara la conflictividad. Si vos mirás la conflictividad por causas que nosotros hacemos, es muy equilibrada. Históricamente la reivindicación salarial es lo que dispara el índice. Paros por reivindicaciones salariales. Hoy estamos terminando una ronda de negociación, 182 subgrupos cerrados, que están terminando. Hay algunos conflictos por este tema, pero pensábamos que iba a haber más. Realmente no se disparó el índice por la negociación salarial, que se explica por carios motivos. La pandemia viene con incertidumbre y miedos vinculado a esto, pero además porque hubo un conjunto alto de acuerdos que siguieron las pautas, lineamientos del Poder Ejecutivo. Incluso hay un 40% que fue por encima de las pautas. Las pautas del Poder Ejecutivo diferenciaban entre sectores muy afectados, menos y más afectados económicamente. Hay un conjunto de convenios que se cerraron por debajo de las pautas y van a tener pérdida de salario real. Hay otros sectores que sí lograron convenir o cerrar acuerdos por encima de las pautas del gobierno.

En este ultimo año la estrategia de los actores ha sido distinta. Creemos que hacia adelante aumente la presencialidad. También es probable que la presencialidad este totalmente retomada y que los trabajadores empiezan de nuevo con las posibilidades de reunirse mas, podríamos pensar que se viene un paro general.

Hay temas de las relaciones laborales que son importantes que quedaron colgados. Hay temas que el gobierno tuvo que posponer para ocuparse por la emergencia sanitaria, pero que son importantes.

La sociedad se va olvidando de lo que eran en el pasado, algunos conflictos. El índice, al ser un numero y al ser objetivo, mide lo mismo siempre. Es cierto que va a aumentar en diciembre, pero también es cierto que en otros momentos hubo muchos más conflictos. Eso se explica viendo lo que está ocurriendo en el pías. Nosotros decimos que el índice es como un electrocardiograma, va subiendo y bajando, y los picos más o menos se explican por las mismas cosas.

El índice vs. la sensación térmica

Es cierto que no hay una correlación directa (entre el discurso político de que hay una ofensiva sindical muy fuerte o descontrolada y los números). Tiene que ver con la sensación el impacto que tiene el la gente algunos conflictos. Hoy es más un sensación térmica que un aumento sustantivo de la conflictividad.

Nosotros creemos que va a aumentar. No me animo a decir que va a aumentar muchísimo o no, pero lo que sí es que no creemos que los niveles bajos de 2020 y 2021 se van a repetir. Seguramente en 2022 sea un año donde verdaderamente la conflictividad aumente.

La conflictividad por rama suele ir modificándose por cuestiones coyunturales. Dentro del conjunto de conflictos hay que ver el impacto que tiene. Por ejemplo, un accidente en la construcción que lamentablemente es frecuente por la cantidad de involucrados, dispara el índice muchísimo. Eso dispara más el índice que tal vez un conflicto chico de un montón de días. Es bueno saberlo para relativizar, y tal vez algunos se habla más que otros y eso da la sensación térmica. Hay que mirarlas de a uno para poder explicar lo que está pasando.


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