Danilo Astori: "Hay una atomización de sectores en el FA; no puede haber 30 o más proyectos de cambio del país"

El exministro de Economía y ex vicepresidente de la República se refirió a la situación actual del Frente Amplio y cómo evalúa el manejo económico de la pandemia por parte del gobierno.

El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, irá al Parlamento el próximo 1º de marzo a presentarse ante la Asamblea General, día en que se cumple su primer año al frente del gobierno. Esto también marca el primer año del Frente Amplio como oposición, y en la interna del partido todavía se marcan discrepancias sobre temas de gobierno y no hay autocrítica.

 Su estado de salud

Estoy en un buen proceso de recuperación física y hace un tiempo estoy reingresando a estas oportunidades de contacto periodístico así que paulatinamente me voy reintegrando a la vida política. Fue una compleja infección pulmonar porque fue compleja y larga de combatir. Desde el punto de vista de la recuperación física he evolucionado en una tonalidad y un ritmo positivo, aunque fue bastante largo considerado en su conjunto. Me da pie para reingresar en la vida política.

Análisis del país y el gobierno de la coalición

Aún cuando no existiera pandemia, nosotros tenemos diferencias importantes en los enfoque sobre lo que queremos para el país. Esa discrepancia de fondo entre la coalición y el FA refiere a aspectos fundamentales de la vida social, política y económica, pero fundamentalmente al papel que se le asigna al Estado, sus responsabilidades frente a necesidades esenciales de la salud. En el caso de la pandemia, en términos generales hemos visto positivamente el trabajo que ha hecho el gobierno y señalamos diferentes fases que se muestran en los resultados simplemente. El gobierno arrancó muy bien con una estrategia que hay que tener y pasó por el nombramiento de un grupo científico profesional que ha venido indicando los mejores caminos y poniendo a disposición del gobierno las posibilidades de acción práctica. En términos generales eso funcionó bien. Se actuó positivamente. Hubo un empeoramiento de esos resultados y en una tercera mirada más reciente, parece haberse retomado otra vez una cifra más alta de los resultados negativos. Creo que se viene haciendo un seguimiento importante de dos temas que hay que observar con mucho cuidado. Uno es el grado de movilidad de la población. El gobierno se ha mantenido en criterios que yo comparto. Quizá hubiera sido más importante tener un poquito más de rigor en el establecimiento de las fronteras en Brasil y no trasladar del Chuy a la Coronilla. El coeficiente de positividad llegó a 13 % en los últimos días. Son detalles de movilidad en el marco de una estrategia que considero correcta.

Todavía no se ha puesto en práctica toda la batería de medidas para comunicar sobre la vacunación. Hay grados de incertidumbres importantes. El tema de la vacunación es importante. Tenemos que tener más claridad sobre las vacunas y cuándo va a llegar y cómo van a funcionar los mecanismos. Me parece que faltan mecanismos de precisión.

Evaluación económica

Tenemos una discrepancia importante. En cuanto al panorama general que ya comenté, tenemos visiones diferentes. No lo vemos igual al país y tenemos puntos de vista distintos acerca de cómo actuar. En el caso de la pandemia el gobierno no está actuando bien. En estos momentos, además de tener visiones distintas. Es necesario priorizar la salud respecto al resultado fiscal del Uruguay. Es más importante la salud que el resultado fiscal. Tiene un resultado fiscal absolutamente sostenible en nuestra opinión. No quiere decir que no haya corregirlo, este resultado le permite hacer lo que no está haciendo que es gastar bastante más de lo que está haciendo con criterio de combate a la pandemia y estímulo a la reactivación económica que hoy aparece muy deprimida. La caída de la producción ha sido muy importante. La caída de la producción para este año aumentó en respecto a las previsiones iniciales y está en más de 5 % lo que es muy importante.

La actitud de política económica del gobierno perjudica el mantenimiento de buenos niveles de salud de la pandemia porque está perjudicando a mucha gente humilde que se está quedando sin trabajo y que carece de ingresos. Con eso perjudica sus posibilidades de defensa frente al embate de la pandemia y sus consecuencias negativas desde el punto de vista de la salud. Para tener mejores resultados en materia de salud, el gobierno tiene que priorizar este tema en relación con el resultado fiscal y está haciendo al revés. Está priorizando el resultado fiscal que es absolutamente sostenible. Desde el punto de vista de la comparación internacional que siempre es útil en estos casos. Uruguay está bien posicionado, pero también está en el peor lugar en materia de gastos con la pandemia y la reactivación sobre la pandemia. Aparece por debajo del promedio de los países de emergentes de ingresos más bajos en materia de dedicación de gastos al combate a la pandemia. Podría parecer contradictorio. Desde un punto de vista Uruguay ha logrado ubicarse en los países que ha trabajado mejor este tema, pero desde el punto de vista interno Uruguay gastó mucho menos de lo que podría haber hecho. Desde la producción y el trabajo los resultados son muy malos.

El resultado fiscal hay que cuidarlo siempre. El problema es que esta circunstancia y el resultado fiscal no puede ser la prioridad. En este momento el resultado fiscal ha desplazado otras prioridades como la economía el empleo y la pandemia. Esta es una decisión equivocada porque Uruguay tiene un resultado fiscal sostenible por la muy sólida situación financiera que construyó. Uruguay es capaz de manejar la herramienta fiscal con un criterio más proclive sin complicar situaciones de tratamiento insostenible. Uruguay nunca tuvo la solidez fiscal que tiene ahora en su historia contemporánea. Uruguay tiene acceso a cualquier mercado financiero del mundo. Es uno de los poquísimos países del mundo que puede emitir deuda en moneda nacional. Eso se llama confianza y hay que ponerla al servicio de una política fiscal.

Situación del Frente Amplio

Esa imprescindible autocrítica nos tiene que involucrar a todos. Aquellos sectores que estamos levantando la bandera de las cosas que hicimos mal. Por ejemplo, no haber llevado a fondo cambios en el FA que nos hubieran permitido tener otros resultados de los que hemos tenido en los últimos tiempos. Tenemos una estructura organizativa orgánica en la que hemos dado crecer mucho desde el punto de vista de las proporciones de las instituciones llamados sectores de base. Estos sectores han sido utilizados para el manejo y la resolución de situaciones que no han sido las mejores para el FA. Fueron utilizados por ciertos sectores políticos y orientaron las bases para posturas que no eran las mejores para el FA ni para el país. Tuvimos una estructura organizativa inapropiada para hacer la autocrítica y corregirla. La autocrítica nos tiene que involucrar a todos también. Nos dejamos estar mucho tiempo con una estructura que no es proclive a la renovación y al mejoramiento de nuestro trabajo en el momento actual. Debimos haber ido más allá de lo que fuimos y buscar la manera de hacer lo que ahora hay que hacer sí o sí. Estamos postergando discusiones como las elecciones presidenciales del FA, el congreso. Eran actividades que estaban programadas ahora y ahora van a quedar para el segundo semestre. Tendríamos que reconocer con sinceridad y con amor porque una crítica no puede destrozar a alguien. Es un enfoque general que tenemos que tener. Este tema no lo podemos analizar en términos personales, sino en términos de valores, ideologías y de conducta política. El Frente perdió 200 mil votos en el interior del país. ¿Cuál es la llegada del FA al medio rural del interior? El FA muestra errores importantes desde este punto de vista y resultados electorales muy malos. Este es un buen ejemplo de cómo encarar esta autocrítica. Ha sido tan evidente el desvío del Frente Amplio hacia temas puramente electorales y no auténticamente políticos de una fuerza que se creó para transformar el país que hoy hay una especie de atomización de sectores en el FA. No puede haber 30 o más proyectos de cambio del país. El número de grupos no deja de aumentar y el FA se diluye en una perspectiva de aumento de grupos solo al servicio de obtener cargos en el futuro en el marco del sistema político.

No utilizaría la palabra “limitar”, diría reglamentar, regular. No puede ser que venga un grupo de compatriotas y diga que quieren ingresar al FA y ya tengan un lugar en la dirección del FA. Eso es lo que pasa ahora. Un grupo, un voto. El FA le da a todos los grupos que se les ocurra un voto en el plenario nacional  que es la organización de mayor jerarquía política del FA. Eso hay que corregirlo. Yo diría reformular. El Frente necesita un nuevo contrato entre sus constituyentes para saber que a veces se pueden hacer las cosas de manera distinta. Hay que abrir espacio para discrepar y defender posturas. La posición del FA puede ser confundir unidad con unanimidad ni confundí discrepancia con falta de disciplina.

Sobre el episodio con Sendic no voy a hacer ningún comentario.


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