Directora de Unidad de Víctimas de Fiscalía: Víctimas de abuso sexual sufren un "daño extremo y un tiro en la psiquis"

La mujer de 30 años que denunció haber sido violada por al menos tres hombres en el Cordón se encuentra recibiendo apoyo de la Unidad de Víctimas de la Fiscalía. En la madrugada del domingo, la joven fue atendida por médicos que llegaron al lugar, luego de que se realizara una denuncia a 08004141, la línea de asistencia para mujeres en situación de violencia doméstica.

Trabajo de la Unidad de Asistencia de Víctimas de Fiscalía

A partir de la entrada en vigencia del nuevo código penal, la fiscalía tiene la responsabilidad de perseguir e investigar los delitos y además proteger a las víctimas y los testigos de todos los delitos. Así se crea la unidad de atención a víctimas y testigos. La asistencia que se da desde que comienza la investigación, haciendo lo que se llama un plan de acompañamiento. Es en todos los delitos, rapiñas, homicidios, copamientos y en materia de violencia basada en genero lo que ha determinado la fiscalía es hacer líneas de trabajo específicas y específicamente en la violencia basada en género, en lo que tiene que ver con la violencia sexual. El grado de afectación de este tipo de delito es ampliamente diferente de otros delitos.

Herramientas de la unidad

Voy a poner en contexto cómo llegar a estas situaciones. Cuando llega a la justicia penal, siempre digo que llegamos como respuesta de la sociedad tarde y mal. Porque ya sucedió el hecho, las víctimas además de haber sufrido el daño extremo en su cuerpo, intimidad y su vida, hay autores que lo llaman  “un tiro en la psiquis”. Para una mujer y para un varón también, pero en este caso fue una mujer. Son situaciones tan extremas, que generar una parálisis en la victima y en el entorno. Pedir ayuda es otra barrera que la víctima tiene que cruzar y llegar al sistema de justicia es un punto dentro de esa línea del tiempo.

En Montevideo existen fiscalías especializadas en violencia doméstica y otras en delitos sexuales. Ahora hay 8 fiscalías especializadas. En el interior, los equipos fiscales atienden multimateria, todos los delitos. Los delitos sexuales exigen una forma de investigar muy diferente a una rapiña o un homicidio. En el interior los mismos equipos fiscales que investigan homicidios, rapiñas, también investigan delitos sexuales, que lleva en el tiempo más recursos e implica otras estrategias de investigación criminal, y también otros tiempos de tratamiento de la víctima. Las victimas que viven delitos sexuales, a lo largo de su vida, cuando llegan a la fiscalía la sensación que tienen es de vergüenza. La sociedad tiene que entender que la víctima no es la que debería sentir vergüenza por tener la valentía de decir lo que le pasó. Siente culpa, porque cuando salen a la luz estos hechos la explicación que la sociedad intenta darle es reubicar la explicación en algo muy simplista, reduccionista, en una sola causa que la atribuye la las conductas de la víctima.

El apoyo de la unidad de víctimas a mujeres abusadas

En materia de delitos sexuales el acompañamiento que hace la unidad de victimas tiene que ver con un primer acercamiento, que tiene como objetivo la contención, el apoyo, saber el grado de afectación y es fundamental saber los apoyos que tiene en el entorno. Es clave para la recuperación de las víctimas de delitos sexuales y para que puedan reconstruir lo que paso y relatarlo en un entorno no cuilpabilizador. Hay entornos no que no apoyan a la víctima, la culpabilizan. No es el momento después que eso pasó.

Todo lo que tiene que ver con el lenguaje, las actitudes que ubican la culpa en la victima lo que hace es que se retraigan y que no sea posible que ejerza su derecho de acceder a la justicia. Frente a reiteradas muestras de tener que dar sui testimonio con ambientes culpabilizadores, la forma de la pregunta, tiene como hipótesis la desconfianza. Es saber si está diciendo la verdad o no.

Nos pone sobre la mesa sobre la necesidad de insistir que la investigación de crimines sexuales es muy diferente al resto de los delitos. Hay víctimas que pueden hablar a los dos días, pero hay otras que no. Hay personas que se ofrecen con terapia, pero la persona hay momentos en los que en las primeras horas no quiere hablar con nadie, y eso también hay que respetarlo. No es lo mismo un hecho en el ámbito intrafamiliar, cuando la víctima es un niño o adolescente y las medidas que hay que tomar son diferentes a cuando es una persona adulta, a un hecho que sucedió hace dos días con extraños y que genera otro tipo de impacto. No es lo mismo cuando hay secuelas físicas que cuando no las hay.

Las situaciones donde se han dado donde hay múltiples ofensores han sido con victimas adultas y adolescentes y niños y se dan en distintos escenarios: institucionales, recreativos. Es muy difícil para las víctimas decirlo que pasó. El discurso que tenemos como sociedad es que por ejemplo si me dio la diversión y el alcohol, entonces no te quejes. Y no tiene nada que ver querer irse a divertir a un lugar con que te terminen violando o violentando. Los mensajes que damos como sociedad, en los medios de prensa, en la construcción de nuestro lenguaje, también son mensajes que llegan. A veces ni siguiera lo dicen en su entorno familiar. Lo dice en el trabajo, a una amiga o amigo, que la acompaña a hacer la denuncia. Los comentarios que escucha sobre ese hecho, todo refuerza la culpa o la posibilidad de decirlo.

Cuando digo que tenemos que reparar un daño que ya está instalado es porque como sociedad estos temas no deberían pasar una semana. Debería ser algo que nos permita ubicar el tema en la vida cotidiana. El que no dice nada también está habilitando a otros.

En el día de ayer también salió la sentencia de una niña de 10 años que su mama y padrastro la vendían a otros hombres para que abusaran de ella.  Que no tenía la posibilidad de pedir ayuda, que le contó  a su abuela y ahí volvemos a la importancia del entorno inmediato que alerte las señales de incomodidad que tiene la persona.

Tenemos que estar alertas. Aunque nos incomode, no lo podamos creer, puede ser que le haya pasado una situación de violencia sexual. Tenemos que animarnos a preguntar, a escuchar, a no juzgar. No puede ser que nos digan: ¿Pero estás segura? ¿Y vos que hiciste? ¿Cómo estabas vestida? No son preguntar para hacer en ese momento. No hay que hacerlas. Eso reprime a la víctima porque se ubica la culpa en la víctima. Las vías para hacer las denuncias son las vías institucionales.

Voy a decir algo loco, pero la violación no tiene que ver con lo sexual específicamente. Es una demostración de poder. Es la necesidad del control. Cuando se da en la grupalidad tiene la de demostrar cuanto control se tiene de la otra persona, que termina siendo un objeto, que no se le percibe con necesidades y sentimientos. Pasa de un sujeto a un objeto. En el caso de una mujer violada, se le demuestra quién domina. Por eso son muy importantes las conversaciones que tenemos en nuestro entorno.

El rol y compromiso del sistema político

Hace muchos años que he trabajo en esto. Los temas de delitos sexuales abarcan y marcan la historia de vida de las personas. ¿Es posible recuperarse de las situaciones de violencia sexual? Sí, pero es evitable. Ahí tenemos como sociedad la responsabilidad y un compromiso ético con los derechos humanos básicos de las personas.

Nosotros vivimos esto todos los días en la fiscalía. Con niñas que relatan los hechos que vivieron con hombres adultos. Se necesita un compromiso político, es decir, tener claridad de que esto debe ser una prioridad y tiene que empezar desde la educación sexual cuando los niños son pequeños. Que aprendan a identificar sus zonas privadas, cómo aprender a cuidarnos entre nosotros. A los varones como cuidarse entre ellos y a las mujeres y las mujeres cómo cuidarse entre ellas. Todo esto es parte de la primera infancia.

Trabajo en un lugar donde es difícil sentirse satisfecho con las respuestas. Las situaciones que vivo todos los días deberían ser evitables.

Las condenas

Se ha logrado avanzar mucho en los procesos de investigación de los delitos basados en géneros, y especialmente de delitos sexuales. Es muy importante que esto se pueda hablar, porque esto hace que el debate entre en las casas, que la gente pueda hablar de esto.

También me parece un instrumento importante que trajo el Código del proceso penal que es que sean públicas, cuando hay una condena que las personas puedan conocer.  Eso ha permitido que muchas víctimas se acerquen a la justicia. La fiscalía con lo que tiene que ver con la comunicación de la condena de los delitos sexuales en la página se hace una edición que tiene que ver con cuidar los detalles que hacen el hecho concreto.

La protección del sistema judicial a las mujeres violentadas

Hay dos cosas que me parece importante. La primera es transmitir que la principal protección es en el entorno inmediato. Para que se den situaciones abusivas tiene que haber alguien que abusa, una víctima y un entorno que habilita o interrumpe estas situaciones. En eso todos tenemos responsabilidad.

La primera protección, como sociedad uruguaya, tiene que ser que podamos tener un lugar más cercano para estar alerta a estas situaciones. Tanto para detener la conducta abusiva y para proteger a la víctima. Me parece importante que las personas puedan recurrir a los servicios. Los prestadores de salud tienen equipos de violencia doméstica y lo primero es la salud integral de la persona y desde ahí iniciar el proceso de denuncia.


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