El deporte en el ADN: conversamos con los hermanos deportistas Déborah y Ángel Rodríguez

“Papá tira más para Ángel, porque fue jugador de fútbol y director técnico. Y mi mamá era atleta, por lo que tira más para mí”, afirmó la atelta.

Mellizos, 23 años, llevan el deporte en su ADN: Déborah y Ángel Rodríguez estuvieron en el estudio de Desayunos Informales para hablar de su presente y su futuro. Déborah está a punto de irse a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro para representar a Uruguay en atletismo. En tanto, Ángel, recién incorporado al plantel de Peñarol, se prepara para la nueva temporada.

El deporte en la familia

“Papá tira más para Ángel, porque fue jugador de fútbol y director técnico. Y mi mamá era atleta, por lo que tira más para mí. Heredé su talento, aunque a ella no le gustaba entrenar, solo competir”, apuntó Déborah.

Consultados sobre si tienen tiempo para verse en los diferentes escenarios competitivos, comentaron que es difícil coincidir.

“La veo solamente cuando corre en Montevideo, y a veces. Después no mucho”, afirmó Ángel.

“Yo entreno de lunes a sábados. O sábado o domingo compito. Y viajo mucho. Los días que entreno, mi hermano está jugando. Pero nuestra familia es bastante atípica: no es “los domingos en familia”. Eso no existe. Cada uno está en lo suyo”, agregó Déborah.

Déborah eligió Uruguay

Me quede acá porque mi entrenador es muy bueno. Más allá de tener un talento, dependés de un entrenador que te haga una buena planificación. Sin el entrenador, no tenés el resultado.

Acá es re complicado, más en lo mío, que es supuestamente un deporte menor, que no tiene nada de menor, porque todos los años traemos resultados. Apuesto al crecimiento deportivo y a que haya un cambio a nivel del país.

El crecimiento que está teniendo el atletismo es muy grande. Creo que todo eso también se debe a los resultados que estamos teniendo a nivel internacional. Eso motiva a seguir creciendo a nivel país. Sigo apostando, es duro, pero sigo”.

Ángel llegó a Peñarol

“El recibimiento en Peñarol fue muy grato, muy agradable. A pesar de que a muchos ya los conocía, fue muy bueno. Después está en uno hacerse entrar al grupo. Pero estoy muy bien, muy contento.

Cambia mucho ir de un equipo inferior a Peñarol. En lo deportivo y en la infraestructura. También en la magnitud de la gente. Bienvenidos los halagaos y los que no, son críticas constructivas. Vivimos de esto, hay que sobrellevarlo. Lo importante ahora esa salir de la pretemporada, afinar lo que queda.

Tengo un carácter medio especial, no doy mucha trascendencia a los problemas de fuera de la cancha”.

¿Cómo se llevaban de chicos?

“Nos llevábamos bastante bien. Desde chicos vivimos esta vida. Solamente nos juntábamos en la escuela o para salir un rato a jugar. Después cada uno se iba a lo suyo. Ella tenía sus amigos y yo los míos”, recordó Ángel.

“Él no es celoso. Antes cuando era más chico sí, ahora no. Siempre fui media machoncita, yo quería jugar con los varones y me decía “no, salí de acá”.

Pero siempre fuimos muy independientes desde chicos. A los 14 años me fui a vivir sola. Paso más tiempo sola que con mi familia. Así como me fue muy bien, cometí muchos errores, pero hoy agradezco.

La distancia para nosotros es natural”, reflexionó Déborah.

“Los pocos ratos que tenemos juntos tratamos de disfrutarlos al máximo porque no sabemos que otro momento vamos a tener juntos”, agregó el jugador de Peñarol.

La recta final en la preparación para los Juegos Olímpicos

“Intento no pensar en lo que son los Juegos, porque empezás a hacerte la cabeza y eso te genera una ansiedad que no es positiva. Intento concentrarme en el día a día. Estamos afinando motores.

Cuando se acerca la competencia las intensidades van variando. Uno se vuelve más específico.

Fui a Europa buscando la marca de clasificación para el 400 con vallas. No se dio. Como no se dio, se sigue. Hoy Dios me dio la oportunidad de estar en la prueba de los 800 metros, que es bastante nueva para mí. Estoy re copada.

Voy por mi tiempo. No quiero hablar mucho, porque ahora estoy en plan de disfrutar. Sé que va a ser positivo, porque siempre lo fui. Estamos entrenando muy bien”.

La nueva temporada con Peñarol

“Aspiramos a hacer lo mejor que se pueda. Siempre hay que ganar, siempre hay que apuntar a lo más alto porque es Peñarol. Estamos afinando motores, estamos terminando de conocernos.

Hay muchos que si bien nos conocíamos, no teníamos el placer de estar juntos”.

El pasaje por el Tiki-Tiki

“Estoy muy agradecido con Juan Ramón Carrasco. Él es muy especial, hay que saber entenderlo.

Crecí mucho con Juan, en lo físico y en lo mental, en la forma de pensar. Te cambia todo con Juan. A la vista están los resultados. Cambió todo en mí: en la forma de jugar, de pensar, de relacionarme con mis compañeros. Su forma es un gran motivador.

Ha hecho realzar a los buenos jugadores. Espero que este semestre le vaya mejor que lo que nos fue el semestre pasado”.


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